Una estrecha faja de tierra a lo largo de la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto se ha convertido en el principal obstáculo en las negociaciones para una tregua entre Israel y el movimiento islamista Hamás, en el poder en ese territorio palestino.
Israel tomó el control operativo del corredor Filadelfia en mayo, en el marco de la guerra desatada el 7 de octubre de 2023 por una letal incursión de comandos islamistas en el sur del país. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pretende que sus tropas se mantengan allí de forma permanente.
Esa ruta de patrullas, construida por el ejército israelí durante su segunda ocupación de la Franja de Gaza (1967-2005), recorre 14 km a lo largo de la frontera y tiene 100 metros de ancho en su punto más estrecho.
Hay pocas imágenes de la zona y gran parte está tapiada con un muro, pero egipcios, gazatíes e israelíes saben que por debajo corren numerosos túneles usados por contrabandistas.
Egipto e Israel firmaron en 2005 un acuerdo que fijó el corredor como zona de amortiguamiento, en el marco de la retirada unilateral de Israel de la Franja de Gaza ese mismo año.
Su finalidad original era facilitar el control de esa faja -- denominada "corredor Filadelfia" por el ejército israelí pero que egipcios y palestinos llaman "corredor Saladino" -- a fin de desalentar las incursiones y el contrabando.
El corredor es actualmente uno de los principales puntos de fricción en las negociaciones para un alto el fuego.
Netanyahu sostiene que Israel debe controlarlo "para impedir que Hamás se rearme", según declaró su oficina el jueves.
El movimiento islamista palestino, que no participa en la última ronda de conversaciones en Egipto, exige por su parte la retirada de todas "las fuerzas de ocupación" de Gaza.
Cuando las tropas israelíes se retiraron de Gaza en septiembre de 2005, Egipto creó una fuerza de unos 750 efectivos dedicada a vigilar la frontera.
Su objetivo declarado, para no incumplir las cláusulas de desmilitarización del tratado de paz de 1979 entre Egipto e Israel, era luchar contra el "terrorismo" en la zona.
En el lado gazatí, Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Palestina que gobernaba entonces el territorio, desplegó una guardia.
Pero en junio de 2007, Hamás se hizo con el poder en la Franja de Gaza y la zona fronteriza se convirtió en foco creciente de preocupación por el tráfico de armas que alimentaba el arsenal de los grupos armados locales.
Se dice que cientos de túneles se excavaron bajo el corredor Filadelfia, utilizados para el contrabando de todo tipo de productos, desde armas hasta automóviles o cigarrillos.
Según las organizaciones internacionales, combatientes armados circulaban por esas rutas subterráneas y contrabandistas facilitaban los desplazamientos de civiles por diversos motivos, como citas médicas o para asistir a casamientos.
Para los palestinos, los túneles suponen una forma de sortear el bloqueo terrestre, marítimo y aéreo que Israel impuso a toda Gaza cuando Hamás tomó el poder.
Sin embargo, la situación cambió con la llegada al poder en Egipto de Abdel Fatah al Sisi en 2013, cuando El Cairo ordenó la destrucción de numerosos túneles.
La semana pasada, el ejército israelí anunció que había destruido unos 50 túneles bajo el corredor Filadelfia.
Desde que comenzó la guerra en Gaza, Netanyahu reitera la importancia estratégica de esta zona fronteriza.
Diaa Rashwan, jefe del Servicio de Información Estatal del gobierno egipcio, declaró en enero al canal de noticias panárabe Al Ghad que esa "ocupación" está "prohibida en virtud del acuerdo" entre ambos países y que podría incluso constituir una "amenaza de violación del tratado de paz".