En Marsella, Francia, el Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo (Mucem) captó la atención de la comunidad naturista al permitir visitas sin ropa a la exposición “Paraísos Naturistas”. Sin embargo, esta experiencia inusual tiene una particularidad: los visitantes deben usar calzado, lo que generó desconcierto entre los naturistas más veteranos.
Las visitas al Mucem sin ropa solo se realizan una vez al mes, y durante estos recorridos, los asistentes pueden explorar una amplia colección de fotografías, pinturas, películas y esculturas, prestadas por instituciones como el Centro Pompidou, el Louvre y la Biblioteca Nacional Suiza.
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Eric Stefanut, representante de la Federación Francesa de Naturismo (FFN), explicó que la medida del calzado fue solicitada por el museo para evitar accidentes con astillas en el suelo.
Uno de los visitantes, Daniel, mostró su sorpresa al enterarse de esta regla y expresó: “¡Creía que era una exposición naturista!”. A pesar de la confusión inicial, los 80 participantes en la visita de agosto se adentraron en la exposición, donde destaca la obra de Christiane Lecocq, pionera del naturismo en Francia.
Julie Guegnolle, quien visitó la exposición con su esposo Matthieu para celebrar su cumpleaños, comentó: “No todos los días se tiene la oportunidad de pasear desnudo en un museo. Cuando llegamos, estábamos un poco perdidos, pero no es tan extraño”. La exposición estará disponible hasta el 9 de diciembre y, fuera de estos horarios específicos, también recibe visitantes vestidos.
Marsella, reconocida como un lugar clave para el naturismo desde principios del siglo XX, continúa fomentando este movimiento. Bruno Saurez, presidente de la asociación naturista local, recordó que fue en las calas cercanas a la ciudad donde se fundaron las primeras asociaciones naturistas en Francia.
El naturismo, aunque no cuenta con una clasificación internacional formal de destinos, sigue siendo una práctica común en lugares específicos. Según Saurez, Francia y España compiten en cuanto al número de visitantes en centros naturistas, aunque no todos los naturistas frecuentan estos espacios.
Para muchos, como Christelle Bouyoud, naturista desde hace diez años, el movimiento promueve la paz y la no violencia: “Cuando estás desnudo, es muy complicado irse a la guerra o buscar pelea con alguien”.
La exposición no solo ha atraído a los locales, sino también a turistas extranjeros como Kieren Parker-Hall y Xander Parry de Inglaterra, quienes disfrutaron de la libertad de explorar el museo sin ropa, algo que en su país sería imposible debido al clima y las percepciones sociales sobre la desnudez.
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