El sector de la cerrajería ha declarado la guerra a las empresas multiservicios que bordean la legalidad y cobran precios "abusivos", como ya hizo hace años contra las pegatinas de cerrajero que en algunos casos ocultaban a bandas de delincuentes.
"Somos quizá la única profesión en España en la que el mal profesional, el chapucero y las empresas, no digo ilegales, pero sí que están rozando la línea de la ilegalidad por los abusos que cometen, son más caros que los profesionales acreditados", denuncia el presidente de la Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES), José Luis García de Vicuña, en una entrevista con EFE.
A su juicio, la falta de regulación de este sector facilita las prácticas abusivas de estas empresas "alegales" que cobran "cinco veces más de lo que deberían" y contra las cuales los cerrajeros profesionales agrupados en la federación UCES han emprendido una campaña que alerta tanto de sus precios como de su falta de profesionalidad.
"En nuestra profesión casi todo son urgencias y cuando una persona ha perdido las llaves de su casa o se las ha dejado donde sea o se le ha estropeado la cerradura y no puede entrar, llama a lo primero que se le pone por delante, sea una pegatina o el primer número que le sale por internet", explica.
Así contactan con estas empresas, que están "muy bien posicionadas en internet, pero que están aplicando unos precios de cinco y diez veces más que el costo de un servicio normal", critica.
Además de impartir cursos de cerrajería por toda Europa, García de Vicuña diseña y vende herramientas de apertura, porque esto tampoco está regulado en España, aunque él cree que debería estarlo, para que estas herramientas "caigan en manos de profesionales, no de cualquiera que las pueda comprar por internet".
A este respecto advierte de que "un gran número de delincuentes en nuestro país tienen conocimientos de cerrajería y por eso bandas organizadas de delincuentes roban tantísimo, por sus conocimientos de cerrajería y porque la venta de herramientas no está regulada en España".
Para trasladar sus reivindicaciones al Gobierno, el presidente de UCES cuenta que hace meses mantuvo un breve encuentro con el entonces ministro de Industria Héctor Gómez, y que también le envió una carta para pedirle un Plan Renove de cerraduras, pero que le "dio largas".
En su opinión, con ese Plan Renove los robos en España se reducirían muchísimo, ya que, a pesar de que en 2023 descendieron un 2,4%, subraya que hay casi 84.500 robos con fuerza en domicilios españoles, "en parte debido a que las cerraduras se están quedando viejas".
No obstante, en su camino para conseguir que la profesión de cerrajero esté regulada, UCES ha conseguido algunos hitos, como su trabajo con el Instituto Nacional de las Cualificaciones (Incual), dependiente del Ministerio de Educación, para crear un módulo de Formación Profesional que espera que pronto vea la luz.
"El que quería ser cerrajero hasta ahora no tenía ninguna opción. Tenía que empezar a trabajar en una empresa de aprendiz o hacer un curso privado o desmontar cerraduras y practicar por su cuenta. De esta manera hemos creado un grado formativo en el que abarcamos la cerrajería domiciliaria, de vehículos y de cajas fuertes; y con estos grupos cubrimos el cien por cien prácticamente de la cerrajería", detalla este pionero en cerrajería forense.
UCES, que nació en 2009 para "dignificar" la profesión, agrupa a cuatro de las principales asociaciones de empresas de cerrajería en España (Grupo Vicuña, Grupo Cerrajero, Asmace y Cerracor), que representan al 80% de los cerrajeros asociados.
Para formar parte de la federación, estos tienen que cumplir unos estrictos requisitos de calidad de servicio, como la adhesión a un código deontológico, formación y actualización permanentes, certificado de penales, Seguro de Responsabilidad Civil de un mínimo de 150.000 euros y estar adherido a una junta de arbitraje y consumo. Con estos criterios UCES tiene acreditadas a más de 350 empresas, que suponen unos 1.500 cerrajeros acreditados, de un total aproximado de 3.000 profesionales legales.
Hijo y nieto de cerrajeros, García de Vicuña asegura que el sector ha cambiado "muchísimo" desde que él empezó, hace más de treinta años, tanto en las técnicas de apertura, como en las herramientas que se utilizan; y apunta que las "cerraduras que hace unos años eran muy seguras ahora se pueden abrir tan sencillamente como tomarse un café".
Por ello considera que, "sin hacer cursos de reciclaje, estás perdido", por ejemplo con las cerraduras electrónicas que cada vez se instalan más en portales de viviendas, accesos a piscinas, instalaciones deportivas u oficinas; y que dan "muchísima información sobre quién ha entrado y ha salido y a qué hora, algo impensable hace unos años".
Aunque según el presidente de UCES el de la cerrajería no es un sector "especialmente envejecido", sí necesita nuevos profesionales y sigue sin incorporar apenas a mujeres. Como ejemplo pone que, en su empresa de formación de cerrajeros, "en treinta y muchos años habrán venido tres o cuatro mujeres nada más".