El problema de la aplicación del sistema de verificación digital para limitar el acceso de los menores a contenidos no deseados como la pornografía, salvando las consideraciones legales referidas a la privacidad, radica en las limitaciones del sistema diseñado que no es operativo en las webs radicadas en el extranjero, que son las más consumidas. Esta limitación ha generado una campaña de burla y desprestigio de la medida tecnológica en las redes sociales.