Y luego se preguntan ¿por qué botaron a los Monreal, personificados en la figura de Catalina, de la Cuauhtémoc?
Por el contubernio entre las autoridades de la CDMX, de la alcaldía, el crimen organizado, la fiscalía capitalina y los asiáticos, podríamos perder hasta el patrimonio del Centro Histórico de la ciudad; ya no sería nuestro.
¿Se ha dado últimamente una vuelta por el centro, y no sólo por las calles aledañas al Zócalo sino por calles más lejanas?
Yo lo hice y me quedé helada, no sólo con lo que vi sino con los testimonios de terror que escuché de los comerciantes.
Palabras más palabras menos, la Unión Tepito se ha sofisticado y diversificado, pues ahora se dedica también al delito del despojo para venderle los predios a los asiáticos, quienes construyen tremendas plazas comerciales con el aval y el moche respectivo a las autoridades del gobierno de la CDMX.
Me gustaría aclarar que lo que haga la Unión Tepito no es el tema, sino el actuar de las dependencias durante el gobierno de la Sheinbaum y ahora del porro de Batres, quienes han permitido la invasión asiática ilegal.
Y no hablo de vender productos chinos, sino de que los asiáticos se están apoderando del Centro Histórico.
Una invasión sin tanques ni bombas.
El representante de la zona norte del comercio formal del Centro Histórico es contundente con su diagnóstico: “El problema no es el uso de bodegas, sino la compra indiscriminada de predios por parte de la comunidad asiática”.
Se están haciendo dueños de propiedades “catalogadas de historia”, vía la Unión Tepito, mediante el derecho de piso, amenazas de “o me vendes o te mato” e, incluso, ya fue incendiada una panadería porque el dueño se negaba a vender.
Pues, según los comerciantes, al menos 30% ya es propiedad china o de otros países asiáticos como Corea.
Además del apoyo del crimen organizado, los asiáticos, en contubernio con la autoridad local y con el comercio ilegal, están matando a los comerciantes establecidos.
“Nos inundaron las banquetas con sus productos chinos. Esta táctica nos sofoca a los negocios locales, pues la gente ya no entra a nuestros negocios, llevándolos a perder dinero y acumular deudas, lo que facilita que los compradores asiáticos ofrezcan rentas atractivas y, eventualmente, compran los predios a precios bajos, y ojo, el pago es en efectivo”.
La competencia desleal es un golpe adicional para los comerciantes locales, pues consideran que al cliente le están vendiendo espejitos, productos baratos y de mala calidad que duran poco.
“La mayoría somos vendedores de materias primas con muchos giros. En el tema de maquila tú comprabas tu tela aquí o en diferentes estados de México para fabricar tu prenda, y de repente nos llega el chino y en un abrir y cerrar de ojos tienen la misma exactamente que tú hacías, pero a precio 50 veces más barata y de mala calidad. Algunos ya dejaron de fabricar y hasta vender. Ha sido una muy indiscriminada competencia desleal”.
Destruyendo la productividad y empleos de toda una cadena de pequeñas y medianas empresas, no sólo locales, sino a nivel nacional.
Con el boom de la denuncia de la existencia de bodegas la situación empeoró, pues que actualmente exista un número indiscriminado de bodegas en el Centro Histórico es el resultado de acuerdos “en lo oscurito”, cuya presunta corrupción y desorden favorecen más los planes de los invasores asiáticos.
“Ahora el Invea sale queriendo mostrar músculo de un tema que es bien sabido, ¿y cómo?, clausurando a diestra y siniestra. Te cierran por cualquier mínima acusación y es tu verdad contra la de ellos, como en tiempos de la Santa Inquisición.
Le hemos rogado a Teresa Monroy Ramírez, titular del Invea, el levantamiento de los sellos, ya que atentan contra el patrimonio de familias y de los comercios, pero no nos hace caso”.
Ah, pero estos sellos de clausura están siendo aprovechados por los comerciantes asiáticos, quienes logran adquirir a modo los predios cerrados y les darán puerta abierta para regularizarlos rápidamente.
Ante la pérdida y apropiación de los asiáticos, y a la vista de todos, los empiezan a demoler y en dos semanas te levantan un edificio. ¿Con qué técnicas? Las más económicas en seguridad”.
Además, desde la entrada del porro de Martí Batres las reuniones para poner en la mesa todas estas irregularidades, así como para proteger a los comerciantes locales, han cesado.
“Ahorita el gobierno mismo parece que está en nuestra contra. Y a favor de la invasión”.
Pese a los esfuerzos únicos del INAH de conservar el patrimonio, el Centro Histórico de la CDMX está en una encrucijada: la invasión asiática y la competencia desleal, junto con la falta de apoyo del gobierno y las acciones del Invea, están poniendo en riesgo la economía local y la esencia cultural de esta área histórica.
“¿A dónde vamos a parar? Si el Centro Histórico pasa a las manos de los chinos, deja de ser nuestro porque ellos ya son los dueños del suelo, nos guste o no”.
Además, déjenme contarles que mientras los chinos se comen el centro, viven -inhalen y exhalen- en Polanco, en Lago Zurich; prácticamente ya compraron toda la calle. Ah, y los antros asiáticos que estaban en el centro ahora están en los casinos de Polanco.
En las plazas que se han incendiado en el centro, el fuego siempre comienza en el tercer piso; todas han sido en advertencia de pago de piso.
Finalmente, tal cual comencé la columna, la terminaré.
¿Y luego se preguntan por qué la gente botó a Catalina Monreal y votó por el cambio de Ale Rojo de la Vega?