Se ofenden estos días los ofendiditos de sofá porque Alcaraz es un rato McEnroe y destroza una raqueta en directo y ¡así no es ejemplo para sus hijos! Como si los deportistas tuvieran que ser catequistas. Se ofenden estos días los tuiteros porque hay en la red hay mentirosos, liantes, cafres, enredadores, embaucadores, malas personas, como si las redes tuvieran que ser santuarios. Como si lo virtual no fuera de este mundo sino de otro que sabemos que no existe, en el que no nacieron ni se hicieron arribistas, incendiarios ni maleducados. Se ofenden estos días los de una u otra religión porque los humoristas y los artistas versionan sus ritos y sus imágenes como si el arte significara respeto...
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