El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF) ha emitido este 21 de agosto de 2024 una notificación alertando de la detección un pesticida ilegal en canela procedente de Madagascar. Concretamente, la referencia de la alerta es la 2024.6343 y el pesticida encontrado es 'clorpirifos'.
La detección se ha llevado a cabo en los controles rutinarios de la frontera española. La alerta de RASFF está catalogada como un riesgo "grave", aunque no especifican los peligros observados ni los síntomas asociados o enfermedad.
El clorpirifos es un insecticida de amplio uso en las viviendas y en la agricultura. Se ha utilizado durante años en las casas para controlar las cucarachas, pulgas y termitas, así como como ingrediente activo en ciertos collares antipulgas para animales domésticos. En la agricultura se utiliza para controlar las garrapatas del ganado y se rocía en los cultivos para controlar las plagas.
La Comisión Europea prohibió en 2020 su uso por su peligrosidad para la salud. La Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA, por sus siglas en inglés) confirmó sus efectos genotóxicos y neurológicos en el desarrollo de los niños. Sin embargo, este insecticida sigue utilizándose sin restricciones en muchos países.
El clorpirifos puede entrar en el cuerpo a través de la boca, los pulmones y la piel. El insecticida, después de ser bebido o ingerido, pasa rápidamente de los intestinos al torrente sanguíneo, el cual lo distribuye al resto del cuerpo. También puede entrar al cuerpo por los pulmones al respirar productos aerosoles o polvo que lo contienen y pasar rápidamente a la sangre.
La exposición por poco tiempo a niveles bajos de clorpirifos puede causar mareos, fatiga, secreción nasal, lagrimeo, salivación, náusea, molestia intestinal, sudor y cambios en el ritmo cardíaco. La ingesta a niveles más altos puede causar parálisis, convulsiones, desmayos y muerte.