Muchas personas pueden sentirse juzgadas o avergonzadas por la costumbre de hablar solas en voz alta. Sin embargo, lejos de ser un signo de algún problema mental, las investigaciones médicas avalan los numerosos beneficios que esta práctica puede tener para nuestra salud.
De hecho, destacados expertos en psicología han logrado identificar al menos 4 ventajas principales de mantener diálogos internos en voz alta. ¡Conocelos a continuación!
Según el profesor Gary Lupyan de la Universidad de Wisconsin en diálogo con BBC, "conversar en voz alta con uno mismo es algo totalmente natural y racional". De hecho, Lupyan encontró que este tipo de diálogo interno puede potenciar nuestras capacidades cognitivas.
Al poner en palabras nuestros pensamientos, logramos una mejor comprensión de los problemas y tareas que tenemos entre manos. Es como si nos distanciáramos de nuestra propia experiencia, viéndola desde una perspectiva más objetiva.
Esto, a su vez, acelera los procesos mentales relacionados con la resolución de problemas y la ejecución de actividades.
En uno de los estudios más relevantes en este campo, Lupyan y su equipo descubrieron un dato sorprendente: quienes pronunciaban las palabras en voz alta lograban ubicar con mayor rapidez los objetos que buscaban. Además, tenían más posibilidades de recordarlos posteriormente.
"Decir un nombre en alto activa mecanismos cerebrales que facilitan la recuperación de ese recuerdo", explica el experto. En otras palabras, el simple hecho de verbalizar la información la graba con mayor firmeza en nuestra memoria.
Pero los beneficios de hablar solos van más allá de la memoria. Según el psicólogo Ethan Kross de la Universidad de Michigan, esta práctica también nos ayuda a manejar mejor nuestras emociones y tener claridad mental.
Kross descubrió que cuando las personas se hablaban a sí mismas usando la segunda o tercera persona, en lugar de la primera, experimentaban menos ansiedad. Esto se debe a que el lenguaje les permitía tomar cierta distancia de su propia experiencia, viéndola de manera más objetiva.
"Al alejarnos psicológicamente de nuestros problemas, somos capaces de abordarlos con mayor serenidad y confianza", explica Kross.
En definitiva, hablar en voz alta nos brinda ese necesario espacio emocional para lidiar mejor con nuestras preocupaciones.
Pero los aportes del diálogo interno van incluso más allá. Según la psicoterapeuta Anne Wilson Schaef, esta práctica es "una excelente herramienta para manejar las emociones".
Un estudio de Cognitive Development reveló que hablar solo nos ayuda a:
Organizar nuestros pensamientos.
Planificar acciones.
Regular nuestras emociones.
"Todos necesitamos hablar con alguien inteligente y comprensivo que nos conozca bien, y esa persona somos nosotros mismos", señala Schaef.
De esta forma, la verbalización de nuestras vivencias y sentimientos nos permite desarrollar una mayor autoconciencia y, en consecuencia, fortalecer nuestra inteligencia emocional.