«Levantarme casi a diario con la barriga inflamada, con ganas de vomitar… Me duelen los huesos, me duele la cabeza… Me siento siempre cansada, todo el tiempo». Son palabras de A.S., una joven paciente de endometriosis, que ha vivido muchos años afectada por una dolencia que se conoce poco y no ha tenido un tratamiento y una atención suficiente. La endometriosis es una patología ginecológica crónica que afecta a una de cada diez mujeres en edad fértil y que consiste en la presencia del tejido endometrial fuera del útero. Este tejido tiene dependencia hormonal del ciclo menstrual, y su presencia produce sangrado y dolores muy fuertes con la menstruación. El Dr. Rodrigo Orozco , Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud de Málaga explica: «Hasta donde se sabe, no existe una causa única para esta enfermedad, sino que se entiende que puede ser multifactorial». Normalmente, las pacientes con sospecha de endometriosis, sobre todo en el caso de las más jóvenes, suelen consultar al médico a causa de la dismenorrea, es decir, el fuerte dolor producido con la regla en sus primeras manifestaciones, que puede también afectar a sus relaciones sexuales o a la realización de sus necesidades fisiológicas. Además, la endometriosis puede incidir también en la fertilidad ya que en ocasiones afecta a los procesos biológicos ligados al embarazo. La causa es que puede darse una inflamación de la pelvis, que dificulta la implantación de los embriones o incluso la movilidad del espermatozoide antes de que el embrión se haya formado. Como dice el Dr. Enrique Pérez de la Blanca , de la Unidad de Reproducción Asistida del mismo hospital, «la endometriosis no es un diagnóstico de esterilidad, sino un diagnóstico de enfermedad que a veces se acompaña de esterilidad, y sobre la que hay que actuar en consecuencia». La endometriosis tiene diferentes nombres en función de dónde esté localizada. Por lo general, una endometriosis superficial es la que afecta al peritoneo, es decir, a la capa que envuelve los órganos pélvicos. Puede haber también una endometriosis ovárica, conocida como endometrioma. Cuando afecta al músculo uterino se denomina adenomatosis y hay también endometriosis profundas que pueden afectar a la vejiga o al intestino. Tradicionalmente, el diagnóstico medio en Europa desde que una mujer acude a un médico de familia o a un ginecólogo manifestando síntomas vinculados a la endometriosis se ha venido prolongando una década. El Dr. Orozco señala a este respecto: «Entre 10 y 12 años de retraso en el diagnóstico es inaceptable: hay que pensar en la endometriosis en cuanto la paciente presenta síntomas». Cualquier mujer con síntomas necesariamente debe de ser evaluada por un ginecólogo para que se le pueda hacer un diagnóstico preciso mediante ecografía transvaginal. El tratamiento de la enfermedad parte del hecho de que la endometriosis se alimenta de las hormonas que produce la mujer en cada ciclo ovárico, de ahí la asociación del dolor con la ovulación o con la menstruación. Ser capaces de frenar esos estrógenos con alguna molécula o tratamiento hormonal es lo que permitirá, cuando menos, ralentizar la progresión de la dolencia. También se está investigando mucho en tratamientos no hormonales con dietas antioxidantes bien guiadas por un nutricionista. Asimismo, hay algunos preparados alimentarios que tienen efectos antioxidantes y que no son medicamentos sino complementos nutricionales con bastante eficacia tanto de forma aislada como coadyuvante de la cirugía. En cuanto a ésta, es una alternativa que ofrece una gran variabilidad: desde pequeñas actuaciones para liberar adherencias, quitar quistes de ovarios o aliviar zonas comprimidas, hasta tratamientos más radicales en los que hay que hacer escisión de todo el aparato genital. En el momento actual, la endometriosis se ha convertido en un tema muy importante. La investigación médica y la investigación ginecológica se están desarrollando y hay múltiples ensayos y estudios respecto al tema, tanto en la línea de diagnóstico como en la línea de tratamiento con los que se están consiguiendo avances notables en tratamientos hormonales y tratamientos inmunológicos que actúan sobre la microbiota de la paciente. En palabras del Dr. Orozco , «hay que entender que esto no siempre va todo lo rápido que nos gustaría, pero sí que esperamos a lo largo de los próximos años poder ofrecer cada vez más herramientas para nuestras pacientes». De igual forma hay un buen número de sustancias antiinflamatorias hormonales o no hormonales que están desarrollando ahora mismo en grandes estudios científicos en todo el mundo. Y todo ese conjunto de elementos va a ayudar a cambiar el paradigma de la percepción de la endometriosis a nivel social. En definitiva, hay una clarísima correlación en la buena evolución de la paciente que se diagnostica pronto respecto a la que se diagnostica mucho más tarde. De nuevo el Dr. Orozco señala: «En el momento en que somos capaces de poner nombre a la enfermedad estamos empezando a curarla». Y no hay duda para los especialistas: el mejor tratamiento de la endometriosis es la prevención.