Chicago. Tim Walz, gobernador de Minnesota y elegido por Kamala Harris como su vicepresidente, llegó a la Convención Nacional Demócrata en Chicago para aceptar la nominación que marca un antes y un después en su vida, colocándolo en la reñida pelea por la Casa Blanca.
Walz, de 60 años, vive días de vértigo. Se convirtió en un carismático motor de la naciente y efervescente campaña de Harris, quien se medirá el 5 de noviembre con el republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses.
Poco conocido fuera de Minnesota, Walz tiene una hoja de vida atípica, con décadas de experiencia militar, pero también como profesor de geografía y entrenador de fútbol americano.
Walz “es el tío con el que quieres pasar tiempo. Cada vez que viene a casa, te da mucha ilusión”, comparó Jaime Harrison, presidente del Partido Demócrata, en CNN el miércoles.
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El “entrenador” Walz “dará un gran discurso y mostrará a la gente por qué es tan querido en Minnesota”, agregó.
“Hay mucha emoción en torno a Walz”, dijo Tom Hiserodt, delegado de Arizona de 56 años. “Muchos de nosotros en Arizona no sabíamos quién era, y ahora estamos muy emocionados con él”, señaló.
Walz aporta a la Convención Nacional Demócrata una perspectiva rural del Medio Oeste de Estados Unidos.
En su alocución este miércoles, el candidato a vicepresidente hablará sobre sus orígenes en Nebraska, donde trabajó en la granja familiar, en un intento por conectar con el corazón de Estados Unidos, una población en la que Trump ha encontrado considerable apoyo.
Walz sorprendió este martes con visitas a reuniones celebradas en el marco de la Convención Nacional Demócrata, antes de partir con Harris a un evento de campaña en Milwaukee.
El dúo celebró un mitin en la misma arena en la que, hace un mes, Trump fue nominado por la Convención Nacional Republicana como su abanderado.
Desde allí, a casa llena, Harris y Walz agradecieron a los casi 5.000 delegados demócratas que el martes los invistieron oficialmente como candidatos a la Casa Blanca.
Al igual que Harris, Walz creció exponencialmente, especialmente en redes sociales, donde la pareja electoral busca movilizar a los jóvenes.
En TikTok, o “TimTok” como bautizó a la plataforma en su primera aparición junto a su perrito Scout, acumula millones de “me gusta”.
Lake Liao, estudiante de 19 años de la Universidad de Princeton, celebró el currículo de Walz. “Apoyamos a Walz en redes como opción para la vicepresidencia porque sabemos que los jóvenes son un grupo demográfico crítico”, afirmó.
“Tim Walz es el vicepresidente perfecto para eso: sancionó una ley de energía 100% limpia para 2040 en Minnesota, legalizó la marihuana, protegió el derecho al aborto, eliminó el costo de las comidas escolares”, elogió Liao.
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La convención también recibirá este miércoles al expresidente Bill Clinton, quien se suma al selecto club de oradores que apoyaron la candidatura de Harris en Chicago, una carrera electoral que inició en desventaja y tarde.
Clinton, una de las figuras más prominentes del partido que mantuvo un perfil más bajo en años recientes, fue uno de los primeros en expresar su apoyo a Harris cuando Biden, al retirarse de la campaña, sugirió a su vicepresidenta como sucesora.
El exmandatario de 78 años tiene la difícil tarea de encantar a una audiencia que el lunes lloró la despedida de Biden, tras medio siglo en la escena política, y el martes se llenó de esperanzas con las poderosas intervenciones de Michelle y Barack Obama.
“Estamos listos para la presidenta Kamala Harris. Y Kamala Harris está lista para el trabajo”, dijo el expresidente Obama, vitoreado a más no poder.
“¡Sí, ella puede!”, exclamó, coreado por la multitud, una adaptación del esperanzador eslogan que marcó su ascenso a la presidencia en 2008. Más temprano, Michelle Obama clamó: “Volvió la esperanza”.
