Es cierto que los centros de acogida, especialmente los canarios, estan saturados, y que la insuficiencia de infraestructuras dificulta una acogida acorde con los derechos humanos de los menores no acompañados. Sin duda, esa es una razón más para valorar el trabajo de muchos voluntarios que se dedican a acoger e integrar a las personas migrantes.