Cuando el
Barça sufrió el mayor correctivo de su historia europea (14/8/20, en Lisboa), el poderoso
Bayern, entrenado por
Flick, arrolló (2-8) al enclenque equipo de
Setién. Fue una derrota humillante y el culmen de la desidia de una plantilla entregada a la vida muelle y disipada. Aquel día el mejor fue, a mi entender,
Leon Goretzka, un ejemplo de potencia y técnica. Y pensé, ¿será capaz el
Barça algún día de unir a la depurada técnica de sus jugadores una fuerza física indiscutible?
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