Maikel Pérez González (calle 67, No. 3, reparto La Loma, ciudad de Las Tunas) cuenta que a su familia se le facilitó un solar en la ciudad, certificado por la Dirección Municipal de Planificación Física el 16 de octubre de 2020. La razón: la necesidad de construirles una casa adecuada, pues su hijo padece parálisis cerebral infantil y lesión cerebral estática, asma bronquial y alergia crónicas. Y una rara enfermedad conocida por Alce, que solo padecen tres niños en Cuba: padecimiento endocrino metabólico sicosomático, que le afecta todos los miembros y órganos.
La Directora municipal de la Vivienda puso la construcción de la casa en manos de una mipyme, con lo que quedó registrado en los expedientes 202678 y 157661 por el Acuerdo 9420, del Consejo de la Administración, con un subsidio ascendente a 188 560 pesos, respaldado por el Acuerdo de Administración de Fondos No. 424 de Bandec, y firmado por la directora de esa entidad y el jefe de la mipyme.
En todos estos años, la obra, de 25 metros cuadrados con ladrillos y placa, señala, está solo en anilla. Y de los 188 560 pesos, según resumen de gastos hecho por Bandec, se han invertido 181 700 pesos. Y aún habría que acometer el techo de placa, la compra de los insumos para la terminación del baño, puertas y ventanas, piso, la fosa y la pintura.
Ya no queda un saco de cemento de las 78 bolsas que se entregaron a granel. Tampoco una de las 62 barras de acero, ni herrajes hidráulicos, ni instalación eléctrica futura. No queda puerta que tocar pidiendo ayuda humanitaria y el niño empeora por las infrahumanas condiciones de vida...
Precisa que han ido a las direcciones de la Vivienda provincial y municipal, a los Gobiernos provincial y municipal. Y no ha habido solución.
Tuvieron que demandar a la mipyme ante la Fiscalía provincial por la mala calidad de la construcción, y resultó con lugar. La Directora municipal de la Vivienda traspasó la licencia y el contrato a la UEB de Mantenimiento Constructivo, cuyo ejecutivo alega ahora que no hay materiales para terminar y entregar el encargo.
Han acudido al Tribunal Supremo Popular, la Asamblea Nacional del Poder Popular y al Consejo de Ministros, y aún nada se ha resuelto.
Sí reconoce y agradece «las ayudas y atenciones especializadas de Salud Pública, que propició que tengamos a nuestra disposición una ambulancia, pues nuestro hijo convulsiona constantemente y cae en estado de peligro para su vida, además de las preocupaciones por el niño».
La Dirección de Trabajo les asignó un refrigerador, una batidora, una cama con colchón, un fogón de inducción y una batidora, además del contrato de gas licuado. Y solo resta que se remita al niño al hospital Juan Manuel Márquez, a sugerencia del neonatólogo, por ser el tercer caso de esta patología crítica en el país.
«El otro problema, dice, es que el Gobierno tome en sus manos la terminación de nuestra casa y castigue a quienes se han robado los materiales, por lo cual estamos viviendo de manera miserable, cuando el Estado quiere que vivamos con dignidad», concluye.