“En Argentina, a nosotros se nos permite manifestar, mientras que en Venezuela están matando a nuestros hermanos”, indicó Norma Romero, de 83 años de edad, desde Buenos Aires.
¿Cómo es hacer país desde la diáspora? El Nacional conversó con migrantes venezolanos en Argentina para conocer de qué manera se sienten, atravesados por la realidad venezolana.
Tras las elecciones del 28 de julio, el éxodo venezolano ha experimentado lo que muchos definen como una “vida en pausa”. Estar con el cuerpo en un lugar, pero la mente y alma en otros. Pegados al teléfono, consumiendo noticias, con problemas de ansiedad, y varias noches sin dormir, así han manifestado estar una gran parte de la población venezolana en Argentina, y por ello la Asociación de Psicólogos Venezolanos en el país (Psicoven), ha implementado planes de acompañamiento y contención psicológico gratuito, para ayudar a la comunidad venezolana a gestionar sus emociones ante la situación en Venezuela.
Durante la cobertura de la protesta del sábado, El Nacional entrevistó a varios de los asistentes, quienes hablaron directamente sobre los motivos que los impulsaron a sumarse a la protesta mundial, convocada por la oposición venezolana.
“Volverme a mi país, eso es lo que me motiva”, fue la respuesta instantánea que brindó Heber Guillen, al consultarle sus razones para protestar. Vistiendo camiseta de los Leones del Caracas, Guillen acudió con una copia de las actas de su centro electoral “para mostrarle al mundo que tenemos la victoria de Venezuela, la libertad para Venezuela”, afirmó.
Con 83 años de edad, apoyada de una andadera, y aferrada a la bandera venezolana, a Norma Romero se le humedecen los ojos al contar que hace siete años tuvo que salir del país. “Hace siete años que emigramos dejando todo en Venezuela, eso es muy doloroso”, manifestó.
Siempre partícipe de las manifestaciones que se realizaron en la capital venezolana, Romero confesó que en más de una ocasión tuvo que huir de las bombas lacrimógenas, y aún recuerda a los jóvenes correr en medio de la represión. “Cada uno de los que estamos fuera tiene su propia historia de dolor”, precisó.
La señora Norma tiene 83 años, hace 7 vive en Argentina. En Venezuela participó en diversas manifestaciones, y hoy, desde la diáspora, también dijo presente en la concentración de #BuenosAires. «Todavía me siento con fuerzas para seguir luchando». pic.twitter.com/vl7WtyKoab
— Daniela Flores (@EsDaniFlores) August 18, 2024
“Me siento esperanzada”, señaló Jaryulis Higuera, quien asistió a la protesta con su hija, nacida en Argentina, y a quien la noche anterior le tejió un tierno gorro tricolor: “Tengo casi siete años fuera de Venezuela, y mi mayor anhelo es que mis padres conozcan a su única nieta, que podamos ir a Venezuela, que ella pueda conocer a sus abuelitos, y que ellos la puedan abrazar por primera vez”.
Aseguró que también salió a protestar en representación de ellos, sus padres. “Salí en nombre de ellos porque allá hay temor. Mi mamá fue miembro de mesa, y eso me hace sentir muy orgullosa, pero después vino una situación donde le pegaron papeles en la puerta de la casa, como marcándola. Fue una situación difícil, fueron noches difíciles, pero estamos con mucha fe”, aseveró.
Jessica llegó a la Argentina con 10 años de edad, actualmente tiene 18, y un deseo inquebrantable. “Quiero conocer a la Venezuela de la que hablan mis papás. Tengo muchas ganas de ver a mi país bien”, dijo. De su infancia en la nación que la vio nacer recuerda las playas y disfrutar tiempo en familia, pero también la crisis de 2017, la corrupción, el hambre y los saqueos.
“Sueño con una Venezuela libre, una Venezuela con democracia, donde las instituciones se respeten, donde haya educación y se respeten los valores y los principios”, manifestó Jaryulis Higuera, y su deseo es reflejo de lo que se pudo palpar en el aire bonaerense, la diáspora presente en Argentina, alzó la bandera, presentó actas y gritó consignas en nombre de todos aquellos que están siendo perseguidos, detenidos y torturados por el régimen venezolano.
Un país en libertad, al cual poder volver, ya sea para asentarse o visitar. El sueño de un mañana mejor, del reencuentro familiar, de días de paz, justicia y democracia, son los motivadores principales de quienes, desde lejos, viven con el dolor de su patria tatuado en la piel.
El periodista argentino Joaquín Sánchez Mariño fue uno de los voceros que participó del evento organizado por el Comando Con Venezuela, capítulo Argentina.
Sánchez Mariño, estuvo en el cierre de campaña de María Corina Machado en Maracaibo, y en Caracas, cubriendo el proceso electoral de este año, pero esta no fue su primera vez en Venezuela, pues en 2019 había visitado el país, cubrió el intento de pase de ayuda humanitaria en la frontera colombiana, y escribió un libro sobre su experiencia, titulado En Venezuela: Postales de un país al borde del colapso.
Sobre su cobertura, resaltó el momento en que durante la manifestación del 3 de agosto, testigos electorales le hacían llegar las actas a la oposición atravesando un mar de gente. “No sé si son conscientes, pero esto va a ser una imagen de la historia”, afirmó.
Sánchez Mariño también rememoró la impresión que tuvo de Venezuela durante su primera cobertura, y cómo avanzó el país, a su juicio, de la lucha a la defensa y la construcción de la democracia.
“En el 2019, conocí a una Venezuela que estaba luchando, que estaba protestando. Sin embargo, este año era una Venezuela que estaba defendiendo la democracia, construyéndola. Para mí fue muy conmovedor, ver que de un lado estaba el aparato represivo del Estado, la fuerza de seguridad con sus bombas lacrimógenas y demás, y del otro lado había chamos, señoras y jóvenes que tenían un secreto, algo escondido, que era un pedazo de papelito, las famosas actas. Ver que estaban protegiendo un documento para tratar de demostrar lo que había sucedido en la elección; para mí fue muy conmovedor”, expresó.
La entrada Venezolanos en Argentina: entre problemas de ansiedad, noches sin dormir y la esperanza firme de que el cambio llegará se publicó primero en EL NACIONAL.