En hombros se llevaban a un torero que se entregó de principio a fin. A corazón abierto Borja Jiménez, que cayó de pie en Vista Alegre. Porque cuando un tío ofrece todo lo que tiene –con sus distintas versiones–, no hay tendido que se resista. De visón y oro, como en su cita madrileña, se ganó el respeto de la afición en una tarde a más. Si bien no terminó de gobernar al cuarto, el más encastado de la seria e interesantísima corrida de Fuente Ymbro –que rara vez decepciona con ese fondo de raza brava–, se desnudó en el sexto, al que le rebosaba la clase desde que su madre lo parió en San José del Valle, con un...
Ver Más