Este domingo un niño de 11 años murió al ser agredido con un objeto punzante en Mocejón (Toledo). Por muy pequeños que sean y por muy habituados que estemos a ver otros como navajas o cuchillos, simplemente portarlos en la calle nos puede salir caro: entre 600 y 30.000 euros de multa.
Cada año la Guardia Civil realiza alrededor de 14.000 propuestas de sanción por tenencia de armas ilegales, y aunque la tendencia es al alza, esto no quiere decir que haya más personas por la calle armadas, sino que se controla más para garantizar la seguridad pública.
Así lo recuerda, en una entrevista con EFE, el sargento Moisés Navarro, de la Intervención Central de Armas de la Guardia Civil, quien destaca el "desconocimiento" de muchas personas de una regulación que impide ir por la calle con cuchillos o navajas como si tal cosa.
"Tenemos la concepción de que muchas armas blancas, sobre todo cuchillos o navajas, al tener un uso más común en el domicilio, en ciertas actividades como la caza, en el senderismo..., no están reguladas en ninguna norma, y no es así", aclara el sargento.
Porque todas las armas que pueden causar un daño a un tercero e intimidar a una persona en la vía pública están reguladas y sometidas a control. Todas las personas que lleven un arma por la vía pública o en su coche tienen que tener una justificación legal para poder portarlas, apostilla Navarro.
Hay también una serie de armas que para poder tenerlas en el domicilio hay que contar con una autorización especial de coleccionista y registrarlas en un libro específico.
Como ejemplo, los bastones-estoque, que dentro tiene una hoja metálica; los taser, que son dispositivos que producen una descarga eléctrica; el xiriquete, conocido comúnmente como estrellas Ninja; el pequeño puñal de 10 centímetros de hoja de doble filo que, pese a su tamaño, es bastante peligroso; el tiragomas perfeccionado; o la navaja de mariposa, también muy peligrosa.
Al igual que otras, esta última, pese a lo que puede creerse, está prohibido portarla y tenerla en el domicilio sin la autorización como coleccionista.
La imaginación no tiene límites a la hora de camuflarlas. Navarro ha visto "cosas bastante sorprendentes", como armas de fuego camufladas en paraguas, bolígrafos-pistola, etc... pero lo que por el momento le ha llamado más la atención son las armas en teléfonos móviles.
Parecen teléfonos normales, pero son falsos y llevan alojados dentro un arma de fuego. Que en algo tan estrecho se pueda introducir un sistema que permita el disparo no deja de sorprender a los agentes de las fuerzas de seguridad.
Existen también instrumentos que se venden para defensa personal. pero ¿están todos prohibidos, son peligrosos? A esta pregunta el sargento responde que en el caso de los taser, sí lo están, pero no los sprays, aunque siempre que cumplan una serie de características que autoriza el Ministerio de Sanidad.
En cualquier caso, siempre que se porte en la vía pública un arma prohibida, sea de fuego o blanca, el usuario tiene que tener una justificación legal, como que va de cacería, de pesca, que lo necesita para su trabajo..., es decir, que se trate de motivos "racionales" y que las lleven de "forma segura".
Cuando se trata de un arma de caza, lo "legal" es que del domicilio se lleve hasta el coto de caza y de allí vuelta al domicilio, pero no siempre ocurre así. Lo mismo si se cuenta con licencia para tiro deportivo.
Sea como sea, si los agentes les interceptan en algún control, los portadores de esas armas tendrán que justificar el motivo de su uso, o sea, la licencia que le habilita a ello.
¿Y si acabamos de adquirir en una tienda un cuchillo para uso casero y nos 'pillan'? Navarro responde que lo suyo es llevarlo en un lugar seguro, en su embalaje original, no extraerlo de él y contar con el justificante de compra, con el ticket.
En el caso de armas de fuego, el agente pone también ejemplos. Si el portador justifica documentalmente la legalidad del arma y lo tiene todo en regla, en principio no habría ningún problema.
"Otra cosa es que se porte un arma a altas horas de la madrugada, en una zona que se han cometido robos, por ejemplo. Por mucha justificación que quiera dar esa persona, se le va a incautar el arma y se le va a sancionar", explica el sargento.
Y es que en algunas circunstancias justificar el porqué se tiene la necesidad de portar ese arma no parece que sea fácil.
La tenencia ilegal de armas está clasificada en la Ley de Seguridad Ciudadana como una infracción grave, sancionada con entre 601 y 30.000 euros.
Con casi toda probabilidad, se confisca el arma. Y en caso de que esa persona sea titular de una licencia, se le propone para la revocación. En los casos más graves puede conllevar incluso la pena de prisión.
