Tragedia aérea en Vinhedo, Sao Paulo: 62 personas fallecen al estrellarse un avión de Voepass en Brasil. Investigaciones en curso para determinar las causas del siniestro.
Vinhedo. Las autoridades brasileñas empezaron a retirar el sábado los cuerpos de las 62 víctimas del accidente aéreo en Sao Paulo. Realizaban las pericias para determinar las posibles causas de la caída en picado.
El avión se precipitó el viernes sobre una zona residencial en Vinhedo, a 80 km al noroeste de Sao Paulo.
De acuerdo con la alcaldía de Vinhedo, 24 cuerpos fueron retirados entre el amasijo de hierros del fuselaje, que se incendió tras el impacto.
Los restos estaban “carbonizados” y solo “dos fueron identificados: el piloto y el copiloto”, dijo el alcalde Darío Pacheco.
Unos 200 efectivos trabajan en las tareas. Esta agencia constató el ir y venir de patrullas de policías, ambulancias y camiones de bomberos en el Residencial Recanto Florido, un condominio en un entorno arbolado, donde cayó el avión.
La lluvia persistente desde la noche del viernes agrega dificultad a las labores. Es una tarea difícil que puede llevar “incluso días”, dijo el capitán Maycon Cristo, portavoz de bomberos.
A pesar de impactar en el patio de una casa, ningún vecino resultó herido.
“Fue una sensación de pánico, de impotencia (...) fue realmente muy, muy triste”, declaró a esta agencia Roberta Henrique, de 38 años, presidenta de la asociación de vecinos del residencial.
Los habitantes están “asustados, golpeados psicológicamente”, añadió conmovida.
Voepass, la aerolínea que operaba el vuelo, confirmó este sábado que las víctimas ascendieron a 62 tras verificar la lista de pasajeros. Todos eran de nacionalidad brasileña.
La aeronave del constructor franco-italiano ATR viajaba de Cascavel, en el estado de Paraná, al aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo.
Imágenes del viernes mostraron el avión cayendo en picado a gran velocidad.
De acuerdo con el sitio de seguimiento de vuelos Flight Radar 24, el avión voló durante casi una hora a 17.000 pies (5.180 metros) hasta que a las 1:21 p. m. locales empezó a perder altitud y en un minuto cayó bruscamente hasta los 4.100 pies (1.250 metros).
La Fuerza Aérea Brasileña informó que la aeronave perdió contacto con el radar a las 13:22 locales y que la tripulación en ningún momento “declaró una emergencia ni estar bajo condiciones meteorológicas adversas”.
El Cenipa abrió una investigación para determinar las causas del accidente.
Los investigadores del Cenipa recuperaron el viernes la caja negra con los registros del vuelo para su análisis, informaron las autoridades.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva decretó tres días de luto en el país.
Los vecinos del barrio donde ocurrió el accidente describieron haber sentido un fuerte ruido y luego vieron el avión desplomarse en caída libre. Después ardió en llamas y desprendió una enorme columna de humo, según los videos filmados por los locales.
Según la Agencia Nacional de Aviación Civil, la aeronave, que volaba desde 2010, cumplía con todas las normas vigentes y la tripulación con todos los certificados válidos.
El director de operaciones de Voepass, Marcel Moura, dijo que la noche anterior al accidente el avión había pasado por un “mantenimiento de rutina” y no presentaba “ningún tipo de problema técnico”.
Especialistas apuntaron a la hipótesis de que una formación de hielo en las alas del avión hubiera provocado el accidente.
Moura admitió que este modelo del constructor ATR vuela “en una franja donde tiene una mayor sensibilidad al hielo” y que las condiciones meteorológicas del viernes preveían la presencia de ese elemento. Pero “dentro de las características aceptables del vuelo”, dijo Moura.
El fabricante ATR dijo en un comunicado que sus especialistas “están totalmente comprometidos en apoyar la investigación en curso”.
Es la primera gran tragedia aérea en suelo brasileño en 17 años.
En 2007, un Airbus A320 de la aerolínea brasileña TAM falló en su aterrizaje en el aeropuerto Congonhas de Sao Paulo y se estrelló con 187 personas a bordo. El siniestro dejó 199 muertos, incluidas 12 personas que trabajaban en la pista.
En 2009, un Airbus A-330 de Air France desapareció en el océano Atlántico al entrar en una zona de turbulencia tras despegar de Rio de Janeiro rumbo a París con 228 personas a bordo. No hubo sobrevivientes.