El oro olímpico era el último hito que quedaba por conquistar para la selección femenino, que se sitúa como punta de lanza del deporte español
Tan solo faltaba un escalón. El último trocito de gloria que quedaba por tocar. Pero ya ha caído. Con el oro olímpico, la Selección de waterpolo femenino ya puede decir que lo ha ganado absolutamente todo. Se cumple así una década prodigiosa en la que las jugadoras españolas han llegado a lo más alto tanto en todos los grandes campeonatos de este deporte.
Y es que, aunque España es un país con alta tradición de waterpolo, el combinado femenino ha logrado la presea dorada a la cuarta. Su primera participación fue en Londres 2012. y se saldó con una plata, igual que Tokio. Este torneo de París ha sido sencillamente perfecto. Como dice la ley no escrita, siempre hay un partido malo. Y fue contra Países Bajos, pero supieron sufrir, rehacerse cuando estaban al límite y ganar el encuentro en los penaltis. Una vez en la final, la gloria no se iba a escapar.
Pero ya no se trata solo de los Juegos. En la última década, desde que ganase aquel oro mundial en 2013, el waterpolo femenino español ha estado en el podio en cuatro de los últimos seis. Los dos últimos, la plata en Fukuoka en 2023 y el bronce en Doha, hace sólo unos meses y con aquel dramático final frente a Estados Unidos. Una de esas bestias negras que también ha sido superada en el torneo olímpico de París.
Si ponemos el foco en nuestro continente, España no se baja del 'cajón' en unos Europeos desde 2018. Dos oros seguidos y una plata en el de este año, perdiendo la final precisamente frente a Países Bajos. No sólo han logrado ganar los Juegos, sino que lo han hecho derrotando a selecciones contra las que habían perdido en campeonatos anteriores. Llevarse el oro derrotando a las rivales más fuertes. Es, salvando las distancias, como ganar una Eurocopa eliminando a Italia, Alemania, Francia e Inglaterra
Y lo mejor es que esta Selección tiene jugadoras que garantizan un relevo de calidad. Martina Terré, Elena Ruiz, Nona Pérez o Paula Camus rondan los 20 años de edad, año arriba o abajo. Y sólo cuatro jugadoras superan los 30. Anni Espar, Paula Crespí, Judith Forca o Beatriz Ortiz están ahora en su plenitud. Y casi totdas pueden tener perfectamente un ciclo más. Es, por tanto, un grupo compacto y que todavía tiene cuerda para seguir elevando su leyenda. Y que se verá reforzado con jugadoras que en las categorías inferiores también lo están ganando todo. Pero eso ya llegará. Ahora, a disfrutar del oro.
