Philippe Valère se adentró en el mundo empresarial cuando contaba 17 años. El abogado francés abrió un local de día para adolescentes cerca de París. Aunque poco después, mientras estudiaba Derecho, decidió cerrarlo para abrir una discoteca para adultos cerca de la capital francesa. Le siguió otra en España. Comenzó así una incursión en el ocio nocturno que perdura en la actualidad. El viudo de Olivia Valère no puede estar más contento de los resultados que está generando el club que, desde hace más de 20 años, repunta en Marbella. «Estamos muy satisfechos. Es el único en España que se llena de miembros de la realeza y de altas personalidades. El club Olivia Valère reúne el 'glamour', el interés por la cultura y el espectáculo. No hay otro, en la zona, que se haya mantenido más de 10 años», explica el abogado en conversación con ABC. Casi todas las noches cuentan con actuaciones de «una gran cantidad de artistas de todo el mundo con gran reputación». Prueba de ello es que el pasado lunes el rapero Travis Scott desató la locura de sus seguidores mientras interpretaba sus canciones más célebres. El local estaba abarrotado. Eso sí, también apuestan por artistas españoles para que puedan abrirse camino en otros países. Al final, una parte importante de los clientes pertenecen a las altas esferas internacionales. Philippe Valère está contento con haber podido recuperar los resultados de antaño ya que, según explica, cuando Carinne , la hija de Olivia, era la que lo llevaba «la facturación cayó un 50%»: «Estaba bastante mal con la clientela. Fue un desastre». Además, desde que murió la reina de la noche marbellí a causa de un cáncer de pulmón, están inmersos en una cruda batalla legal por la herencia que podría terminar en las próximas semanas. «La Justicia me ha dado la razón. Yo creo que a principios de septiembre llegará el auto», desliza el abogado francés a este periódico. Según cuenta Philippe, la Corte de París ha reconocido el testamento ológrafo que firmó Olivia Valère en marzo de 2011. En las 21 líneas que lo comprende, se recoge que la empresaria francesa dejó a su marido el usufructo de su apartamento en la ciudad del amor, su parte de la casa de Marbella así como los muebles que hay en el interior de ambas. También que el resto de propiedades, joyas y obras de arte serían repartidas en cuatro partes iguales -un 25% para cada uno- entre el abogado y los tres hijos que ella tuvo en vida: Carinne, Arnaud y Xavier -los dos primeros fruto de su primer matrimonio con Albert Albouhair -. Señalar que durante este tiempo la vástago de la 'socialité' ha defendido judicialmente que su progenitora no dejó testamento. Hace unos meses, su entonces abogada explicó a ABC que el francés estaba « intentando hacer valer una nota , de hace muchos años, diciendo que eso era un testamento que dejó hecho. Si fuera un testamento ológrafo, no tiene sentido que lo presente un año después de su muerte». Finalmente, la Justicia ha fallado a favor del viudo. Y aunque «podrían presentar una apelación, hay una ejecución inmediata, no va a cambiar nada». Otro conflicto que hizo correr ríos de tinta en la prensa nacional fue el supuesto robo que Arnaud habría perpetrado en la casa familiar mientras Philippe se encontraba en París para una revisión médica. El empresario francés denunció que el primogénito de Olivia se llevó varias obras de arte y un Jaguar que la 'socialité' le regaló hace 40 años. Ahora, asegura que ha podido recuperar el coche deportivo: «Me lo ha devuelto porque podía tener problemas legales si no lo hacía». No ha corrido la misma suerte con los cuadros ya que el hijo de la reina de la noche marbellí «prevé que sean una parte de los bienes que le corresponden en la herencia ». Pese a esto, el viudo asegura tener una «buena relación con Arnaud, con Carinne no». Philippe Valère lamenta la situación a la que han llegado. Y más porque han compartido muchos años juntos. «Yo le he educado durante 49 años, le he pagado los estudios, la ropa... Hasta el apartamento durante una época. No puedo aceptar todo lo que ha dicho públicamente sobre mí. Ha hecho declaraciones muy malas, cosas increíbles. No puedo permitir que me trate de esa forma», explica sobre Carinne. Aún así, prefiere quedarse con el recuerdo de Olivia Valère , la mujer con la que vivió sus mejores días: «Era generosa, abierta, amable y simpática. Por desgracia, no queda otra que seguir, hay que vivir, pero siempre la recuerdo. Su muerte conmovió a mucha gente que la conocía. La querían mucho». Tanto que hay calle en su honor en Marbella, la ciudad de la que se enamoró tras pisarla por primera vez en 1985.
