El taekwondista chileno
Joaquín Churchill vivió una montaña rusa de emociones en su debut en unos Juegos Olímpicos. Churchill se enfrentó al surcoreano
Seo Geonwoo en los octavos de final de la categoría de 80 kilos y tras los dos primeros asaltos el árbitro le dio como ganador. El joven de 21 años estaba celebrando el triunfo cuando la entrenadora de
Geonwoo empezó a protestar airadamente, se subió al tatami y se dirigió directamente a los jueces exigiendo una revisión cuando no tenía tarjetas para solicitarlo. Finalmente éstos accedieron y cambiaron su decisión, dando como ganador del segundo asalto al surcoreano, que finalmente se impuso en el tercero y definitivo.
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