La huida del exdirector de la Guardia Civil provocó la dimisión del entonces ministro del Interior Antoni Asunción
A plena luz del día, sobre un escenario y ante la atenta mirada de miles de personas, así ha sido la increíble fuga de Carles Puigdemont. Una huida que vuelve a dejar en muy mal lugar al Gobierno de Pedro Sánchez, a su ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y a una institución, la de los Mossos d'Esquadra señalada por el independentismo desde hace años.
Pero por muy de película que nos parezca esta huida no es ni por asomo la primera que vive un Ejecutivo socialista. Lo visto ayer nos retrotrae al pasado, en concreto a los años 90 y a una figura, la del exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán.
Quien más y quien menos recuerda al que fuera director de la Benemérita, acusado de amasar una fortuna en sobresueldos y comisiones ilegales. Pero sin duda fue su espectacular fuga lo que más incidió en la memoria colectiva. Así fue su historia.
En 1993, Roldán es destituido como director general de la Guardia Civil ante las sospechas que había por su abultado patrimonio. A finales de ese mismo año se destapa que se había lucrado con fondos reservados del Estado y comisiones ilegales y es acusado de los delitos de malversación de fondos públicos, cohecho, fraude fiscal y estafa.
Y aquí comienza una de las fugas más espectaculares de la historia reciente de España que puso en jaque al Gobierno socialista, provocando incluso la dimisión del ministro del Interior Antoni Asunción.
Porque Roldán huyó a Oporto y de allí a París, donde permaneció escondido durante 10 meses. Lejos de amilanarse, concedió una entrevista en la que afirmaba que sus alternativas eran: "O pegarme un tiro o tirar de la manta". Sobra decir que tiró de la manta y de qué manera. Implicó a Francisco Paesa (espía), que le ayudó a escapar, y al entonces ministro del Interior, Juan Alberto Belloch.
El hombre de "las mil caras" por sus disfraces, fingió su propia muerte durante diez años y fue detenido en Laos en 1995, en una operación orquestada por el propio Paesa que habría recibido en torno a 1,8 millones por ello.
Roldán cumplió en prisión 15 de los 31 años a los que fue condenado y falleció en marzo de 2022 sin que apareciera el botín.
