24 horas después del regreso y huida esperpéntica del expresidente Carles Puigdemont, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha hablado ante los medios de comunicación en la sede de la embajada de España en París para referirse al regreso y huida del Carles Puigdemont, episodio que ayer copó todos los medios de comunicación internacionales. Lejos de asumir responsabilidad alguna, el Gobierno ha descargado toda la respnsabilidad del operativo policial y judicial que debía hacer efectiva la orden de detención contra el expresidente sobre el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena y el dorector general de la Policía quienes hablarán esta mañana.
"Es un operativo policial que corría a cargo de los Mossos" que eran la policía competente, tanto para garantizar la normalidad del pleno del Parlament como el cumplimiento de "los mandatos del Supremo", ha recordado Bolaños en referencia a la orden de detención del expresidente catalán huido desde hace casi 7 años. En este sentido, Bolaños evitó pronunciarse sobre si los responsables tendrá que presentar su dimisión ante lo sucedido. El ministro de Presidencia emplazó a escuchar lo que las explocaciones de los Mossos.
Como si el sainete de ayer no se hubiese producido, el Gobierno ha continuado con su relato y ha asegurado que "España es un Estado de derecho donde se cumple la ley" y ha garantizado "el cumplimiento de las órdenes judiciales, así como el respeto a las decisiones del Poder Judicial".
Es más, en otro giro de guion del Ejecutivo, Bolaños quitó hierro al regreso de Puigdemont a nuestro país y aseguró que su fuga, de nuevo, ante más de un centenar de policías no fue importante. Fue "un episodio que nada puede aportar a la sociedad catalana" y que "no puede hacer olvidarnos lo esencial".
A renglón seguido, continuó restando importancia al pulso a la Justicia de Puigdemont y ha señalado que "ayer, lo fundamental, fue que se abrió una nueva etapa en Cataluña, donde el president Salvador Illa se va a ocupar de la ciudadanía". "Quedémonos con ese episodio, para superar una década perdida en Cataluña y de enfrentamiento estéril, que garantice un futuro de prosperidad, de acuerdos y que se ocupará de lo que importa, de los servicios sociales", señaló.
El Gobierno ha esperado a que la investidura del socialista, Salvador Illa, estuviera amarrada para valorar el regreso y huida, de nuevo, de Puigdemont. Hay que recordar que sobre él cae ana orden de dentención por malversación y se esperaba que si pisaba suelo español fuera detenido inmediatamente. Tras siete años en el exilio, el expresident se dio un baño de masas, pronunció un discurso y se desvaneció sin que las autoridades lo retuviesen.
Lo que si valoraron ayer los ministros socialistas e incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue precisamente la investidura del catalán gracias al acuerdo con ERC y los comunes. De hecho, desde París, Bolaños también ha dicho que la investidura de Illa abre una etapa nueva y ha mostrado su satisfacción.
