La selección femenina llegó a Francia con la ilusión del oro y ahora se enfrenta a la pelea por el bronce después de tratar de recomponer el alma y el ánimo en los últimos días tras la derrota ante Brasil en la semifinal.
No se trata tanto del resultado como de la imagen, pero esta selección, que ya ganó un Mundial con todo en contra y que aprendió a seguir ganando en la Liga de Naciones, no tiene tiempo de mirar atrás.
Las veteranas arropan a las jóvenes, pero las más pequeñas tienen la ventaja de haber recorrido ya un camino que las mayores no pudieron disfrutar. «Las nuevas generaciones ya vienen un paso por delante porque han vivido bastantes finales. Lo han podido vivir antes. Perder una semifinal de los Juegos nadie lo ha vivido antes, pero la mentalidad que tenemos las jugadoras es seguir ganando. Por eso duele tanto la derrota, pero esto es fútbol y no siempre vas a poder ganar», dice Jenni Hermoso. «Aquí estamos para poder ganar una medalla y redondear un año fantástico. Las jugadoras debían sentirse tristes [después del partido] porque era el momento para hacerlo, pero son conscientes de lo que nos jugamos y con toda la ilusión y las ganas vamos a ir a por ello», añade.
Alemania es el rival, una selección que hace apenas tres años daba miedo y que ahora se considera una competidora más para la selección campeona del mundo. «Me espero una Alemania fuerte, como el equipo que es», asegura Montse Tomé, la seleccionadora española.
«Desde el partido [contra Brasil] hemos estado analizando todas esas emociones de rabia y frustración, de pena y era el momento de sentirlo. Nos hizo daño pero el equipo está pensando en lo que podemos hacer contra Alemania. Tenemos energía, fuerza y ganas para lograr esa medalla de bronce y vamos a ir a por todas», añade la seleccionadora española.
