Hasta que la campaña presidencial saltó por los aires a finales de julio con el abandono de Joe Biden de su candidatura , una cosa estaba clara: evitar la reelección del presidente demócrata era la mejor carta electoral de Donald Trump e impedir el regreso de Trump a la Casa Blanca era la única opción de victoria de Biden. Esa dinámica favoreció al candidato republicano por el desastroso desempeño de Biden en el debate de junio y por las crecientes muestras de declive físico y cognitivo del presidente. Pero se rompió con el adiós a su candidatura y el relevo por su vicepresidenta, Kamala Harris. La llegada de Harris ha insuflado de energía a la campaña demócrata, que estaba sumida...
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