La región de San Martín, famosa por su chocolate, café y maíz, esconde un secreto geológico de gran antigüedad. Bajo sus majestuosos cerros y formaciones salinas se encuentra un recurso que data de hace 200 millones de años, cuyo uso se extiende desde tiempos ancestrales, en la cocina y en los remedios tradicionales. Hoy en día, este tesoro de la selva peruana está ganando reconocimiento en la gastronomía peruana.
En tiempos precolombinos, diversas comunidades de pueblos originarios del Perú, como los shawi, han valorado este recurso por sus múltiples usos. Desde su incorporación en la cocina hasta su aplicación en la conservación de alimentos, su importancia es innegable. En 2017, la empresa Cerro Sal Perú, bajo la dirección del ingeniero Gester Tafur y su socio José, formalizó la explotación artesanal de este tesoro en la región amazónica, con el cual se promueve la extracción respetuosa con el medio ambiente y el beneficio a la economía local.
El gran tesoro de la Amazonía peruana, que data desde hace 200 millones de años, es la sal rosada, que cumple la función de marzo, con el que moliendo las carnes se va sazonando naturalmente con sal.
Escondida en los inmensos domos salinosos debajo de bosques naturales y cálidos valles de la cuenca del río Huallaga, exactamente en el distrito de Piullana, provincia de Picota, región San Martín, esta área natural tiene más de 6.000 hectáreas de domo salino, con una profundidad de casi de 8 km, de acuerdo con los estudios del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet).
Este domo salino es inmenso, y tan solo se ha descubierto "una cabecita" de todo lo que es, según el ingeniero Gester Tafur, para una entrevista de TV Perú.
La extracción de esta sal se realiza de manera artesanal, sin el uso de maquinaria pesada que pueda perjudicar el ecosistema. Los trabajadores, tanto hombres como mujeres de la comunidad local, utilizan herramientas manuales, tales como barreta y palana, para extraer y procesar la sal. Este proceso garantiza un producto limpio y libre de aditivos químicos.
La sal rosada se utiliza en platos tradicionales como el pescado, la carne, el tacacho con cecina y chorizo, según la chef Astrid Marín.
En una entrevistada por el programa 'Crónicas de hoy', de TV Perú, Martín señala que el proceso del uso de la sal rosada en alimentos es el siguiente: "Primeramente, es freír el plátano. Una vez frito, pasa a la tacachera y (…) se agrega el chicharrón, la manteca. Finalmente, lo que utilizamos para poder moler es el cachimazo (piedra de sal), (el cual) lo traemos desde Tarapoto, Pilluana. La cecina y el chorizo que viene directamente también desde Tarapoto".
Además de su valor culinario, también tiene aplicaciones en medicina tradicional. Se emplea para aliviar la hinchazón de los pies y en la elaboración de productos artesanales como lámparas y cachimazos.
"Cuando se hinchan los pies, se le hace hervir con un poco de agua y le pones el limón. Cuando tienes el pie hinchado, le haces emplastar. Desinflamante son (…). Con la sal se hace las lámparas, los cachimazos, los morteritos, tablas. Todo eso sale de la sal", explica Lucinda, extractora de sal, para TV Perú.
La minería de esta sal ha proporcionado empleo y una fuente de ingresos a más de un centenar de familias en Piullana. Esta actividad no solo preserva una tradición ancestral, sino que también impulsa la economía local al valorar un recurso único de la región.
Lamentablemente, todo de las y los extractores de sal como Lucinda, Ruizter y Nitzon, que ya han entregado más de 10 toneladas y les faltan 40 toneladas más, es remunerado con S/1 por kilo de sal.
"Ya cuando empezamos a sacar, a explorar, ahí recién vemos a la vez nuestro pago de la semana anterior también. Sí, nos resulta, pero siquiera para sostenerla el hogar", manifiesta Ruizter.
Totalmente, la minas de sal de Pilluana también ofrecen un potencial turístico significativo. Formada por la sedimentación de aguas saladas y la acción del sol, presenta un paisaje impresionante que atrae a visitantes. La comunidad y la empresa privada están trabajando para promover este atractivo y desarrollar el turismo en la región.
La sal rosada de la Amazonía peruana no solo representa un recurso con una rica historia, sino que también ofrece una oportunidad para el desarrollo sostenible y el reconocimiento global de los recursos naturales del Perú.