Lo llaman el 'covid de las vacas', aunque poco tiene que ver. No es contagioso, pero llegados los meses de más calor se vuelve una amenaza para las explotaciones de bovinos. El virus de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), que transmiten los mosquitos de la familia Colicoides, afecta a un centenar de explotaciones, ya ha matado a doscientos animales y suma siete focos activos y confirmados en Galicia –todos en Orense, en el momento del cierre de estas páginas–. El sector, conocedor de la dolencia desde el año pasado, se declara «preocupado» por su limitado margen de respuesta. Una vez afectado el animal –y antes, como prevención–, los ganaderos deben hacer frente a un abanico de gastos y trámites burocráticos, por lo que piden a las administraciones «sensibilidad» en forma de ayudas y facilidades para acreditar su incidencia. Precisamente, este jueves se han reunido el sector y la Consellería de Medio Rural para discutir temas de actualidad, y uno ha sido la incidencia que la EHE está teniendo este año y su gestión. Félix Porto, secretario de Coordinación Sectorial de Unións Agrarias (UUAA) –una de las organizaciones presentes en la reunión– describe la jornada como «fructífera», en el sentido de que valoran «en positivo» la actitud mostrada por la parte institucional cuando han expuesto su planteamiento. Agradecen esa predisposición en un momento como el actual: «Estamos convocando charlas para informar sobre la enfermedad y para recibir la sensibilidad que nos trasladan el sector y los productores», explica a ABC. Porque se sienten «preocupados», tanto por «los daños que se pueden generar» como, «sobre todo», por «cómo se pueden justificar». Son las inquietudes que han transmitido a la conselleira del ramo, María José Gómez, para pedir que en adelante haya un «seguimiento» de los «mecanismos» que se pongan a disposición de los propietarios de explotaciones. «La conselleira nos trasladó la misma preocupación y el compromiso de crear una mesa de seguimiento de este asunto», cuenta, por lo que ahora fijan miras en qué hará el Estado. «Está pendiente que el Ministerio habilite la partida que tiene pendiente con las CC.AA.», quince millones de euros de los que, en base a los dos millones y medio que le corresponden a Galicia, el Gobierno deberá «implementar otro 100%», es decir, aportar otros tantos, «que tendrían que servir para sufragar la prevención –labores de desinsectación–, el tratamiento de enfermedad –los medicamentos que hacen falta–, e incluso para poner en marcha el abono total o parcial de la vacuna». «Nosotros apostamos siempre por el diálogo, hoy –por el jueves– la Consellería fue muy receptiva. Queremos creer en lo que nos trasladó la conselleira, que están apostando por darle una solución. Estamos pendientes del paso que da el ministerio», concluye el responsable de UUAA. La EHE era desconocida en la Unión Europea hasta finales de 2022, con los primeros casos documentados en explotaciones de Cerdeña y Sicilia. A Galicia llegó el posterior verano, con la temporada de mayor actividad del mosquito vector, y este año está de vuelta. «Hay un foco en la zona de Orense, en Mezquita y hasta Xinzo. Toda esa comarca, incluida Viana [do Bolo] y demás, es la que más preocupados nos tiene«, dice Porto, a la par que subraya el peso del sector agrario en la región. Pese a no haber información pública oficial, asegura que la incidencia se extiende hasta «la entrada de Becerreá (Lugo)». Pero en Galicia, a diferencia de en otras comunidades, los primeros focos se detectaron el año pasado y el sector ya pronosticaba –y advertía– que la climatología del verano, con el alza de las temperaturas, sería un «hándicap» para Galicia. «Creíamos que iba a ser un año con incidencia mucho mayor», admite, pero incide en que están «preocupados, no cabe duda», por cómo pueda progresar el escenario, y afirma que desde su plataforma están «haciendo un seguimiento» de su evolución. «Lo que necesitamos es la sensibilidad de la administración hacia un problema que nosotros no creamos (...). Necesitamos que no sigan desapareciendo explotaciones, y para eso es fundamental que los ganaderos se sientan seguros ante un problema que nos aparece de nuevo este año», resume. Los problemas que acarrea la EHE a las explotaciones no son pocos. Porto hace un repaso: «Por un lado, la mortalidad que causa y la burocracia de la comprobación y certificación de que el animal es un caso positivo. Segundo, el tratamiento, el gasto que supone curar a esos animales, que es considerable. Los abortos que se producen , que también hay que certificar mediante un veterinario que se deben a la enfermedad. Los gastos preventivos, la desinsectación. Y la vacuna, que se acaba de poner en marcha. Pero claro, no es obligatoria, y por lo tanto hay que declarar una serie de requisitos. La voluntad [de la Consellería] es positiva, y necesitamos quitarnos problemas de encima, porque ya tenemos bastantes con la subida de costes, la bajada de precios, la situación real del mercado, como para sumarle el tema de la EHE«.