Finalmente la prueba de los 10 kilómetros femeninos en el Sena pudo disputarse. Una alegría para los organizadores de los Juegos Olímpicos y especialmente para
Sharon Van Rouwendaal, que supo aprovechar su
rush final coronarse como campeona olímpica. Su tercera medalla olímpica, segundo oro tras el logrado en Río 2016. Nada más salir del agua, la neerlandesa, emocionada, se besó un tatuaje en la muñeca.
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