Foto de portada: Benjamin Cremel, AFP.
Walthamstow es un barrio obrero, de inmigrantes en el noreste de Londres. Los vecinos se han congregado a las 7 de la tarde para proteger el edificio del centro de inmigrantes donde la extrema derecha ha convocado un de sus cien protestas.
Los centenares de personas se convierten rápidamente en miles. Portan pancartas antifascistas y antirracistas. Algunos ondean banderas palestinas.
“Vine aquí para proteger el centro de inmigrantes ante un potencial ataque fascista. Como pueden ver todo el mundo vino aquí”, asegura un manifestante al micrófono de RFI.
“Literalmente están destruyendo nuestras comunidades, quema edificios, rompen cristales, aterrorizan a la gente. Están intentando dividir la nación pero no se lo permitimos porque nuestra comunidad siempre ha sido así de solidaria”, agrega una mujer.
“La semana pasada fue horrenda. Esta es una muestra de solidaridad, esto es la comunidad, la gente que reúne para estar junta, para unirse y todo eso”, argumenta otra participante en la protesta.
Entrada la noche se dan cuenta de que la extrema derecha ya no vendrá y que lo mismo ha sucedido en el resto del país.
Desde hace una semana, Reino Unido es escenario de una serie de manifestaciones violentas convocadas, según las autoridades, por grupos de extrema derecha, después de que un ataque con cuchillo se cobrara la vida de tres niñas en una fiesta en Southport, en el noroeste de Inglaterra.
Al menos 378 personas fueron detenidas desde el inicio de los disturbios, según la policía.
