Según estudios realizados, durante los meses de verano, principalmente julio y agosto, la cantidad de robos incrementa en torno a un 4,5% en comparación con la media de los meses del resto del año. ¿El motivo principal? Es el momento del año en el que las viviendas suelen estar más desprotegidas, dado que es más habitual tener vacaciones y viajar o bien pasar el verano en una segunda residencia.