El verano trae consigo también el regreso de las altas temperaturas a muchas zonas de España, haciendo que el calor se convierta en el verdadero protagonista de la estación. Durante esta época estival, es habitual encontrar que los grandes termómetros urbanos , que se encuentran en el centro de muchas ciudades de nuestro país, marcan valores que parecen imposibles en unas latitudes como las nuestras. ¿Cuántas veces hemos visto cómo estos aparatos llegaban a alcanzar los 45 grados a lo largo de un caluroso día e incluso los 50ºC en algunos casos más extremos? Seguro que muchas veces, aunque esto no quiere decir que las altísimas temperaturas que ahí se recogen sean reales. De hecho, lo cierto es que lo más probable es que los valores reales sean mucho menores: no podemos fiarnos . Así lo ha explicado el meteorólogo Mario Picazo en un artículo publicado en eltiempo.es . Según el experto en meteorología, estas son las razones por las por qué no podemos tener en cuenta lo que estos termómetros reflejan para hablar de datos de calor . El motivo por el que las temperaturas que marcan estos termómetros no son reales es que estos aparatos no siguen las normas marcadas por la Organización Meteorológica Mundial (OMM, o WMO en inglés). Según el organismo, existen una serie de reglas técnicas que deben respetarse para que estos datos sean oficiales y que estos sensores colocados en la calle simplemente no respetan. « Son metálicos , suelen ser de colores oscuros y todo eso absorbe mucho la radiación del sol », ha desvelado el experto en eltiempo.es, explicando que además estos «están expuestos al sol» muchas horas al día. Todo ello consigue que los valores que reflejan estén «sobreestimados» por las características de los aparatos, demostrando así que no son un punto de referencia real en el que fijarse. De esta manera, Mario Picazo ha reconocido que, «cuando veamos los termómetros» este verano, debemos saber que la temperatura está bastante por encima de lo que realmente estamos sintiendo o de la temperatura oficial de cada población. En su lugar, para poder medir la temperatura real y reflejar así los datos oficiales, los meteorólogos emplean lo que ellos llaman «una garita meteorológica» . Estas casetas de madera , pintadas normalmente de color blanco , se han convertido en la mejor herramienta de medición de estos valores: « Refleja mejor la radiación del sol porque no la absorbe, tiene rendijas para que entre el aire y salga por el otro lado», ha señalado Picazo. Estos aparatos se suelen colocar a una altura de 1,20 metros sobre el suelo, en una zona donde no hayan obstáculos a al menos 20 metros. Además, se suelen ubicar en la periferia, donde «no suele haber ni humo de coches ni asfalto que caliente el entorno» , evitando así que se desvirtúe un poco la temperatura.
