En marzo de 2024, cuando se decretó el escenario de emergencia, los embalses “estaban por debajo del 14%” tras 43 meses seguidos de lluvias mínimas históricas, estando por debajo de los peores registros desde que se tienen datos. Sin embargo, con la llegada de las lluvias de los meses de mayo y junio, las reservas de agua aumentaron hasta el 40%.
Con la llegada de julio, el nivel de los embalses fue descendiendo hasta 1 hectómetro cúbico diario, lo que equivale a una pérdida de casi un 10% de su capacidad en poco más de un mes.
Las reservas de agua en Cataluña se encuentran actualmente al 33,33% de su capacidad, según los datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA). En una situación similar están los embalses del Ter-Llobregat, que están al 35,7% de media de su capacidad -Ter al 34,4% y Llobregat al 37,4%-, según explican fuentes de la ACA.
La repercusión de las lluvias que hubo del 3 al 4 de agosto fueron poco relevantes. “El viernes, el día que llovió con mayor intensidad, se incrementó el volumen total del sistema Ter-Llobregat en un hectómetro cúbico”, explican fuentes de la ACA. “En el conjunto de las cuencas internas estamos en el 33,5%, 5 puntos por debajo del 40% que se logró después de las lluvias de mayo-junio”, añade. Además, si no llegase a llover nada en otoño, en noviembre los embalses volverían a entrar en “escenario de excepcionalidad”, añaden.
En las cuencas internas de Cataluña, los embalses tienen una capacidad total de unos 700 hectómetros cúbicos, el equivalente a 700.000 millones de litros de agua. En condiciones normales, el consumo diario de agua de 7.500.000 es de aproximadamente 1 hectómetro cúbico.
Actualmente los embalses de la Generalitat de Cataluña se encuentran en:
