«Si vivimos en un país libre, no me explico que un colegio pueda prohibir que te vistas de tal o tal manera; son normas de viejos que están obsoletas y no pueden impedirnos que nos pongamos lo que queramos », protesta Lena, estudiante de 15 años de la escuela pública regular 'Christian Gotthilf Salzmann' de Sömmerda, en la región alemana de Turingia. Los alumnos se han encontrado, en la vuelta al cole , con un nuevo código de vestimenta que prohíbe la ropa que no cubra la cintura o el vientre. Tampoco será posible ir a clase con top o con pantalón corto a la altura del glúteo. La parte superior del cuerpo debe estar cubierta desde la altura de los hombros hasta la mitad del muslo. El nuevo código afecta a vestimenta que los alumnos, adolescentes, utilizan con asiduidad, especialmente en estas semanas veraniegas de inicio del curso. «!Es profundamente machista!» , sigue Lena, «todas las referencias en el nuevo código de vestimenta se refieren a ropa femenina , al parecer los chicos se pueden vestir como les de la gana y a nosotras se nos puede decir como tenemos que vestirnos». La dirección del colegio, sometida a gran presión mediática desde el momento en el que el asunto ha saltado a las redes sociales, alega que ha tomado esta decisión después de varios casos de acoso, el curso pasado, a los que pretende así poner freno. La directora del centro, Antje Koch, se limita a argumentar que, «de esta forma, el colegio cumple con su tarea de proteger a los alumnos». «Al menos nos ahorraremos un par de discusiones matutinas en casa» , celebra un padre a la puerta del colegio, pero muchos otros padres no están de acuerdo y han pedido explicaciones a las autoridades educativas locales. No existe ninguna recomendación general del Estado Libre de Turingia sobre los códigos de vestimenta, ha explicado por su parte un portavoz del Ministerio de Educación regional que ha hecho hincapié en que „las libertades de los estudiantes no deberían verse excesivamente restringidas». La polémica entraña cierta carga política, debido a que en septiembre se celebran elecciones regionales en las que, según todas las encuestas, ganará el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). El hecho de que una escuela de Turingia tome esta decisión ayuda a elaborar un escenario de recorte de libertades civiles. El el hecho es que en toda Alemania se debate desde hace años sobre la vestimenta adecuada en la escuela. Los consejos escolares tratan a menudo cuestiones como si se aceptan pantalones deportivos en clase . La decisión última suele dejarse a cada centro, acordada por la dirección y los representantes de padres, aunque también se otorga voz en la discusión a los representantes de los alumnos. Pero concretamente la cuestión del ombligo al aire no había saltado hasta ahora a los titulares. El Consejo Federal de Padres está a favor de un debate abierto sobre los códigos de vestimenta en los colegios y de una toma de decisión generalizada, que sirva para todo el país. Su presidenta, Christiane Gotte considera que no debe ser obligatorio que todas las escuelas tengan un mismo código de vestimenta, pero que el debate al respecto podría aportar más claridad. La asociación de profesores, en cambio, ha criticado estas recomendaciones. De momento, según informa el diario 'Thüringer Allgemeine', la conferencia de profesores de la escuela de Sömmerda ya ha decidido. Esto todavía debe ser confirmado en la conferencia escolar, en la que también participarán representantes de estudiantes y padres, que se celebrará a finales de agosto. Hasta entonces, los estudiantes deben seguir las nuevas reglas y las protestas se suceden. «Los estudiantes ciertamente no necesitan guardianes ni apóstoles morales. Sólo los padres o tutores están capacitados para decirles a los niños qué ropa es apropiada y dónde. Definitivamente ese no es el trabajo de la escuela», protesta por ejemplo la madre de Alice, de 16 años, «mi hija no lleva esa ropa, pero si aceptamos que la escuela decida, ¿quién sabe? Puede que pasado mañana decidan hacerla obligatoria, así que sí, estoy a favor de que se decida en las familias , no en la dirección del colegio, que simplemente no puede conocer las tradiciones y normas religiosas de los hogares». «Por otro lado», añade, «los niños deben descubrir desde el principio que existen otras reglas diferentes en otras casas y que todos podemos convivir: esto se llama tolerancia y es algo que tanto los padres como las escuelas tienen que enseñar».
