La tasa de participación en el mercado laboral de los extranjeros que residen en nuestro país se elevó hasta el 78%
La llegada de inmigrantes supone un impulso a la fuerza laboral de los países receptores, sobre todo en nuestro país. Y es que la tasa de actividad laboral de los extranjeros que residen en España es una de las más elevadas de la Unión Europea (UE). De esta forma, estos trabajadores contribuyen a incrementar la oferta laboral en nuestro país en mayor media que en otros países de la UE. Así lo muestra el informe "Una caracterización de los flujos migratorios hacia España y otros países de la Unión Europea" publicado este miércoles por el Banco de España (BdE).
El año pasado, la tasa de participación en el mercado laboral de los extranjeros que residen en España se elevó hasta el 78%, siendo una de las más altas de la UE, por encima de las observadas en Alemania (73%), Italia (71%) y Francia (70%).
Asimismo, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países de la UE, donde la tasa de participación de los extranjeros es inferior a la de la población nacional, en España e Italia, dicha tasa es más elevada que la de los nacionales. No obstante, este diferencial se ha ido estrechando desde 2008.
Por tanto, teniendo en cuenta que un porcentaje elevado de los migrantes que llegan a España están en edad de trabajar y que su tasa de actividad –además de ser de las más elevadas entre los países de nuestro entorno– es mayor que la de los nativos, puede deducirse que los extranjeros contribuyen a incrementar la oferta laboral en España en mayor medida que en otros países de la UE.
La contribución de los extranjeros ha jugado un papel fundamental al dinamismo del empleo en varios países europeos. Concretamente, en España, estos trabajadores aportaron 2,3 puntos porcentuales al incremento total del empleo registrado en el ejercicio previo, en comparación con 1,3 punto en Países Bajos y 1 punto en Alemania.
Las actividades que no requieren un nivel elevado de formación y con condiciones laborales más desfavorables suelen llevarse a cabo, sobre todo, por trabajadores extranjeros. No obstante, la entrada al país de inmigrantes con un nivel de educación más alto es una realidad que está provocando que, desde 2008, cada vez más extranjeros se dirijan a actividades de mayor cualificación.
En esta línea, entre 2008 y 2022, en España aumentó el porcentaje de inmigrantes con un nivel educativo alto en más de 20 puntos porcentuales, pasando del 20% hasta el 43%. En cambio, en estos catorce años, los extranjeros que tienen un nivel bajo se han reducido desde el 45% hasta el 30%.
Por tanto, no es de extrañar que el porcentaje de extranjeros que trabajan en actividades de mayor cualificación haya aumentado significativamente, especialmente en comunicaciones y manufacturas. En este sentido, entre 2008 y 2022 el porcentaje de extranjeros recién llegados a España y empleados en comunicaciones aumentó del 2% al 12%; en manufacturas, del 5% al 11%; en comercio, del 12% al 17%; y en sanidad y servicios sociales, del 1,6% al 3,3%. Por el contrario, disminuyó el de aquellos ocupados en el servicio doméstico, pasando del 22% al 9%; y la hostelería, reduciéndose hasta el 8% frente al 13% que representaba en 2008.
Asimismo, el grado de sobrecualificación de los trabajadores extranjeros supera al de los trabajadores nacionales en todos los países de la Unión Europea receptores de inmigrantes. En este sentido, en 2022 España era, junto con Italia, el país con una mayor proporción de trabajadores extranjeros sobrecualificados (50%), mientras que en Alemania y Francia este porcentaje se situaba en torno al 30%.
En España, los inmigrantes proceden principalmente de Latinoamérica, "por lo que constituyen un colectivo más homogéneo y culturalmente más próximo al país de destino que los que se dirigen a otros países europeos. En general, tienen mayor edad y nivel educativo, y hay mayor presencia de mujeres", sentencia el informe.
