En los últimos días hemos observado una depreciación importante en el tipo de cambio del peso respecto al dólar, y aunque es algo que ha sucedido desde hace varias semanas, el domingo alcanzó los 19.53 pesos por dólar. Existen varios factores que lo explican; en este artículo voy a analizar los más importantes, ya que la mayor parte son factores externos que están afectando a todas las divisas, así como a los mercados bursátiles.
Uno de los principales factores que afectó al peso fue la apreciación del yen japonés. Éste se apreció frente al peso y el dólar debido al incremento de la tasa de interés de referencia anunciado por el Banco Central de Japón. Aunque sigue siendo muy baja, pasó de 0.05% a 0.25%, un incremento enorme, considerando que tiene muchos años siendo muy baja. La reacción del Banco Central de Japón se debió principalmente a factores políticos; los mercados financieros sí esperaban un incremento en la tasa de interés, pero en otra magnitud y en otro momento. Sin embargo, debido a lo barato que es el yen respecto al dólar, la población de Japón veía esto como un problema y sentían que estaban perdiendo mucho poder adquisitivo, lo que presionó al banco central a reaccionar antes.
Esto tuvo un impacto y redujo notablemente lo que se conoce como el “carry trade”, que básicamente consiste en endeudarse en una divisa barata para invertir en instrumentos de otra divisa que dé más rendimientos. En otras palabras, una persona pide prestado dinero en yenes a una tasa baja y usa ese dinero para comprar bonos y acciones en México o en Estados Unidos. Al subir la tasa de interés en Japón, varios inversionistas venden sus bonos y acciones (en México y EU) para comprar yenes japoneses, lo que fortalece al yen y debilita al peso mexicano y al dólar.
El impacto del “carry trade” contaminó al sistema financiero, aunado a los reportes de la baja creación de empleo en Estados Unidos y a que la Fed (banco central de Estados Unidos) se ha tardado mucho en recortar la tasa de interés en ese país; el lunes 5 de agosto las principales empresas de tecnología (Apple, Amazon, Alphabet, entre otras) amanecieron con pérdidas en los mercados bursátiles. Lo mismo ocurrió para casi todas las criptomonedas que se desplomaron.
El problema de todos estos efectos en cadena es que aumenta la especulación en todos los países, lo que suma a que aumente la probabilidad de una recesión global para el próximo año. Si la Fed reacciona al fin bajando la tasa de interés (a mediados de septiembre), la diferencia entre la tasa de EU y Japón va a aumentar, reduciendo aún más el “carry trade” y apreciando más al yen japonés.
Ahora, falta ver cuál será la reacción del Banco de México ante estas turbulencias. La Fed probablemente va a bajar la tasa de referencia y Banxico podría seguirlos. Bajar la tasa de interés para incentivar el consumo interno podría provocar una mayor depreciación del peso, pero también subir la tasa de interés en un momento como este, solo abonaría a la probabilidad de entrar en una recesión.
En conclusión, los cambios que se han visto en el tipo de cambio de las últimas semanas se han debido principalmente a factores externos, y esto se ha exacerbado por la política monetaria de Japón y los débiles signos de creación de empleo estadounidense. Nunca deja de sorprender a varios economistas y a mí cómo es que la especulación financiera (en este caso de inversionistas que usan el “carry trade”) puede desestabilizar tanto las economías reales en varios países. Hay que esperar para ver cómo reaccionan la Fed y Banxico para poder tener conclusiones más acertadas sobre el futuro del peso mexicano.