España, tantas veces jugando con fuego, acabó por quemarse en estos Juegos. La selección, gran favorita al oro, tendrá que conformarse con pelear por el bronce después de ser arrollada por Brasil durante ochenta minutos de la semifinal. La campeona del mundo solo reaccionó en un furibundo arreón final, pero el travesaño y la portera detuvieron a Alexia. Fue una derrota dolorosa de la que tendrá que reponerse rápido, pues se le adelanta al viernes la batalla por el podio. Será por la tercera posición y ante Alemania, tres horas antes de que los chicos disputen el oro con Francia. La exigencia física del torneo olímpico terminó por pasar factura al equipo de Montse Tomé, con muchos cambios en el once respecto a lo que tenía acostumbrada la seleccionadora. Estaba Jenni, pero no Alexia. También Brasil presentó novedades en el centro del campo. Aún sin Marta, a la que el TAS no levantó la sanción por su patada a Olga Carmona en la fase de grupos, la 'canarinha' no pudo ocultar sus ganas de revancha. Después de aquella derrota en la primera fase entró por los pelos en cuartos y se encontró con Francia, a la que ganó contra pronóstico antes de volverse a citar con la selección. Les tenían tantas ganas que su inicio de partido fue opresivo. Persiguiendo rivales por todo el campo y robando balones muy peligrosos en el medio. Así se encontró con el primer gol, ayudada también por un error tremendo de Cata Coll, que despejó fatal un balón en su área, con la mala suerte de que golpeó en Priscilla y en Irene Paredes antes de introducirse en su portería. Fue solo el principio de un vendaval para el que la selección no estaba preparada. La salida valiente de Brasil, aparte de inesperada, desveló todas las carencias de un equipo con síntomas de agotamiento. Apenas hubo cinco minutos de control, un breve espacio de tiempo en el que asomó Aitana y España dio la sensación de poder asentarse. Pero fue un espejismo, un pequeño descanso que se tomaron las de amarillo antes de volver a poner al rival a su merced. Resultó casi milagroso que España no llegara goleada al descanso. Ludmila, de extremo diestra, desnudó una y otra vez a Olga Carmona y llevó casi todo el peligro de su equipo. Priscilla, que falló un mano a mano ante Cata Coll después de robarle la cartera a Ona Batlle, tuvo el segundo de Brasil en sus botas. Acabó siendo Gabi Portilho quien lo anotara en la prolongación del primer acto, después de un fabuloso pase desde la izquierda de Yasmin. El balón pasó por delante de medio equipo español antes de alcanzar a la delantera. La selección estaba fundida. Sin fuerza en las piernas ni ideas en la cabeza. Completamente desubicada. Su balance ofensivo se limitó a un trallazo de Hermoso que resolvió bien Lorena. Se vieron caras larguísimas al enfilar el vestuario. El cambio tras el descanso debía ser radical si quería tener una mínima opción. Ni siquiera servía de referencia la remontada ante Colombia, porque allí el juego no fue tan desastroso. Lo primero que hizo Tomé fue retocar su once. Alexia siguió en el banquillo, pero entraron Athenea y Oihane relevando a Olga Carmona y Eva Navarro. El desbarajuste continuó. Laia y Paredes se molestaron entre ellas para regalar otro balón envenenado a Priscilla, pero la número 19 de Brasil siguió siendo una aliada. También Ludmila se topó con Cata, ya sin máscara, en su intentó por rematar a la campeona del mundo. Solo había una esperanza, y es que a las americanas se les agotase la pila. Fue Mariona la encargada de comprobarlo, moviéndose con soltura por la mediapunta para buscar un resquicio, una oportunidad de volver a meterse en el partido. Los veinte metros que retrocedió Brasil los aprovechó la balear para soñar con una heroicidad. Pero entre las pérdidas de tiempo de la portera amarilla y la precipitación propia, las ocasiones no terminaban de llegar. A cambio llegó el tercero de Brasil en un contragolpe. Adriana estrelló la pelota en el larguero, pero la lentitud de la defensa española le dio una segunda oportunidad de remate que no desaprovechó. Solo ahí saltó al campo Alexia, responsable de esa intentona a la desesperada que casi sale bien. La 'canarinha' se marcó en propia puerta y en las dos jugadas siguientes Putellas lanzó dos trallazos, uno contra el larguero y otro despejado por Lorena. El arrebato se frenó en seco en el enésimo contragolpe brasileño, con el cuarto gol obra de Kerolin. Los quince minutos que prolongó la árbitra sirvieron para que Salma anotara un segundo gol del todo insuficiente. Brasil, de forma merecida, jugará la final ante Estados Unidos. .