Guido Rodríguez ha querido bucear por sus emociones cuando ha visto que todo se ha concretado. Cuando su fichaje por el West Ham se ha materializado, dos meses después de que expirase su contrato con el Betis, y días apenas desde que la entidad lo despidió públicamente, el internacional con Argentina, recién regresado de una exitosa Copa América, ha querido sentarse tranquilamente y escribir un sentido comunicado en el que expresa el verdadero poso que le deja el Betis en su carrera profesional. A él y a su familia. Pese a que el conjunto verdiblanco trató por activa y por pasiva renovarlo, en un espacio de dos años aproximadamente, no menos, Guido siempre rehusó continuar con el cuadro verdiblanco pese a las ventajosas condiciones propuestas por la comisión deportiva, y ahora echa un ojo atrás y se da cuenta de todo lo construido, incluida esa Copa del Rey. El que sigue es directamente el exjugador del Betis en una misiva escrita a corazón abierto. «Es imposible expresar en palabras lo que sentí y viví estos cuatro años y medio, pero vamos a intentarlo… Gracias es lo primero que se me viene a la cabeza, fueron años increíbles y los disfruté como nunca. Tanto yo como mi familia nos encontramos con una ciudad y un club que nos atrapó, nos enamoró. Me acuerdo de mi primer partido en el Villamarín escuchando el himno al salir el equipo, dije: «Este es mi lugar». Gracias a cada persona con la que trabajé y compartí estos años , desde el primer jugador hasta el último trabajador del club, fue un placer el camino recorrido junto a ustedes, me hicieron mejorar en todo sentido. Hicimos amigos que se convirtieron en familia. Nunca voy a olvidar el proceso de toda la Copa del Rey, y los festejos el día posterior. Fue algo soñado. Ver la cara de felicidad de todos los béticos una vez conseguido el objetivo. Las cuatro clasificaciones europeas consecutivas, creo que fue un gran crecimiento del club y fue un honor ser parte», esgrimía el argentino en la primera parte de su escrito, antes de hablar de su forma de marcharse del club heliopolitano. «Mi salida no fue como me la imaginaba, y sé que a muchos no les gustó. Los últimos meses no fueron fáciles para mí y no fue mi mejor momento, los sufrí mucho, pero para tomar esta decisión tuve que dejar de lado los sentimientos, porque no hubiese podido hacerlo de otra forma. No se dan una idea lo que amo a este club y a esta ciudad , pero tenía que pensar y anteponer otras cosas también, como mi futuro y el de mi familia, buscar nuevos retos, nuevos objetivos y mantener vivo ese fuego interior que siento y que me movilizó siempre en este deporte. Dudé hasta el último día en qué iba a pasar con mi futuro y qué era lo mejor para mí. Pero me voy tranquilo, en paz mental, porque cada día que fui jugador del Betis dejé todo lo que tenía para dar, no me guardé nunca nada, me vacié. Y creo que es momento de buscar llenarme en otro lugar», proseguía Guido, antes de una parte final dedicada precisamente a los béticos que tanto lo recordarán. «Los voy a extrañar lo sé, son parte de mi vida, una importantísima. Porque vivimos y compartimos muchas cosas, más de las pensadas a nivel profesional y personal. Voy a volver a ver siempre que pueda al equipo y una parte de Sevilla me la llevo en el corazón. Sé los sentimientos y cómo viven el fútbol los béticos, la pasión que sienten. Y sin duda es lo que siempre va a quedar en el club pase lo que pase. Algunos entenderán más y otros menos mi decisión, lo sé y lo acepto, es parte de nuestro trabajo. Gracias. Es un honor ser parte del Real Betis Balompié», concluye.
