El 82% de los jóvenes chatea a diario. No cabe duda de que las amistades online juegan un papel crucial en su desarrollo. El riesgo es que en ocasiones, sin darse cuenta, pueden ser víctimas de una relación tóxica. Desde Fad Juventud y BBVA advierten de que «una verdadera amistad no compite. Las relaciones tóxicas se pueden dar en el ámbito online o real, y no son exclusivas de las relaciones de pareja; es decir, se enmarcan en cualquier vínculo afectivo familiar, amistoso o amoroso». Por este motivo, ambas entidades han creado un espacio con vídeos tutoriales dentro del proyecto 'Educación Conectada' para ayudar a los padres a acompañar a sus hijos con un buen asesoramiento digital que no afecte a su bienestar. El objetivo, por tanto, es velar por el bienestar de los hijos y evitar actitudes y comportamientos que pueden generar daño tanto propio como ajeno. «Como padres es vital estar atentos y preparados para intervenir si una relación en línea está bajo sospecha de ser problemática», insisten. Y es que, según sus datos, uno de cada cuatro jóvenes se ha sentido mal alguna vez por no participar en las redes sociales en las que están sus amigos. Un 16,3% lo siente con frecuencia, y de estos, un 50% cree que debe estar siempre disponible digitalmente para sus amistades. Esta necesidad de estar constantemente conectado puede llevar a una dependencia emocional de la validación digital y a una percepción distorsionada de la realidad social. A pesar de estas cifras, los jóvenes consideran que sus familias no están lo suficientemente involucradas en su vida digital. Solo un 29,9% de ellos siente que sus padres mostraron interés en el último año por lo que hacen en internet, y solo un 22,6% recibió recomendaciones familiares sobre cómo mejorar su seguridad en línea o comportarse adecuadamente. Por la complejidad y sutilidad de las dinámicas digitales, para muchos padres y madres detectar estos comportamientos de riesgo o señales de alarma puede ser ardua tarea. Con el objetivo de empoderar a las familias, desde Fad Juventud y BBVA apuntan una serie de consejos que los padres deben tener en cuenta para enseñar a sus hijos a sospechar de una relación tóxica. Reconocen que es habitual que los progenitores, cuando lean los mensajes de sus hijos en redes, se topen con un lenguaje encriptado, abreviado, informal o lleno de emojis que les sea difícil de entender, pero es algo normal. También deben tener en cuenta que los jóvenes suelen relacionarse con grupos de personas con intereses afines a través de plataformas como WhatsApp, Snapchat e Instagram, o a través de videojuegos, ya que no sólo son una forma de entretenimiento, sino otro canal esencial de socialización. Insisten ambas organizaciones en que los padres deben hablar y reflexionar con sus hijos sobre los riesgos de las relaciones tóxicas. «Deben ayudarles a identificar cuándo una relación online puede hacerles daño. Por ejemplo, si una hija tiene una amiga con muchos seguidores en redes, si cuando hacen algo juntas su amiga se niega a etiquetarla en las publicaciones para que no sepan su usuario y así no consiga superarle en seguidores, eso se considera una relación tóxica porque una verdadera amistad no compite; se alegra por tus logros», puntualizan. Del mismo modo, «si tu hijo sube una historia a Instagram y su amigo le pregunta dónde está, con quién ha quedado y por qué no le ha avisado, eso es una actitud controladora, tóxica». Prosiguen con otro ejemplo: Si una hija ha quedado con una compañera para contarle que le gusta una persona y esa amiga escribe corriendo en redes sociales esta confesión, incluso a la persona involucrada, se trata de otro caso de toxicidad. «Si detectamos estos comportamientos, los padres deben fomentar espacios de diálogo y preguntarles sobre estas amistades para que ellos mismos creen sus propios juicios de valor, sin imponer nuestro criterio. Hay que hacerles respetar su propia autoestima y respetarse a ellos mismos, enseñarles a poner límites si nos nos aporta nada positivo». A pesar de alertar a los padres de los riesgos, estas entidades también señalan «que las amistades en la infancia y juventud son elementos imprescindibles para su desarrollo, puesto que aprenden a comunicarse, respetar, compartir, ser empáticos. Estas relaciones en línea son tan importantes como las presenciales. Además, para los niños más tímidos entablar relaciones digitales con una pantalla puede ser mucho más sencillo. Es labor de las familias desarrollar experiencias sociales fuera del medio online para crear relaciones habilidades comunicativas.
