Las personas con niveles elevados de metales en la sangre y la orina tienen más probabilidades de ser diagnosticadas con esclerosis lateral amiotrófica ( ELA ) y morir por esta causa, sugiere un estudio dirigido por la Universidad de Michigan (UM). Los investigadores saben que la ELA, una enfermedad neurodegenerativa rara y mortal, está influenciada por factores genéticos y ambientales, incluida la exposición a pesticidas y metales . Este último estudio, cuyos resultados se publican en el 'Journal of Neurology, Neurosurgery, and Psychiatry', examinó los niveles de metales en la sangre y la orina de personas con y sin ELA, y descubrió que la exposición a metales individuales y mezclas de ellos está asociada con un mayor riesgo de ELA y una supervivencia más corta . «Fortalecer nuestra comprensión de la importancia de la exposición a los metales como factor de riesgo para la ELA es esencial para la prevención futura dirigida a la enfermedad y para mejorar las estrategias terapéuticas», señala el autor principal Stephen Goutman, director de la Clínica Pranger ALS y director asociado del Centro de Excelencia en ELA en la Universidad de Michigan. «Varios estudios epidemiológicos han vinculado la exposición a metales con el riesgo de ELA. No obstante, sigue siendo fundamental que comprendamos cómo se relacionan estas mezclas de metales con el riesgo de ELA y la supervivencia, e identifiquemos quiénes corren mayor riesgo de exposición o quiénes son más susceptibles a la exposición», añade. El equipo de Goutman midió los niveles de metales en muestras de plasma y orina de más de 450 personas con ELA y casi 300 personas sin la enfermedad. Descubrieron que los niveles elevados de metales individuales, incluidos el cobre, el selenio y el zinc , se asociaban significativamente con un mayor riesgo de ELA y una muerte más temprana. Luego utilizaron estos resultados para crear puntuaciones de riesgo ambiental de ELA, que indicaron que las mezclas de metales en el plasma y la orina están vinculadas a un riesgo aproximadamente tres veces mayor de padecer la enfermedad . En este estudio, la inclusión de una puntuación de riesgo poligénico de ELA para evaluar un posible efecto moderador de los factores genéticos subyacentes no alteró la asociación entre la exposición a metales y el riesgo de enfermedad o supervivencia. «Si bien varios estudios sugieren que los factores ambientales como los metales interactúan con variantes genéticas para influir en la aparición, la progresión y la gravedad de la ELA, nuestro estudio encontró que tener en cuenta los puntajes de riesgo poligénico de ELA no influyó en la relación entre la exposición a metales y la ELA. Las relaciones entre los genes y el medio ambiente en el riesgo de enfermedad son complejas, y futuros conocimientos sobre otros factores o vías genéticas que pueden estar implicadas en el riesgo de ELA y el metabolismo de los metales podrían mejorar nuestra comprensión», afirma la coautora Kelly Bakulski, profesora asociada de epidemiología en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan. Los investigadores también descubrieron que los participantes que trabajaban en ocupaciones con mayor probabilidad de exposición a metales tenían mayores niveles de mezclas de metales en la sangre y la orina. Esto coincide con un estudio previo del equipo de investigación que encontró que las personas con ELA reportaron una mayor exposición ocupacional a metales antes del diagnóstico . «Estos hallazgos enfatizan la necesidad de tener en cuenta los factores ocupacionales y ambientales al evaluar el riesgo de exposición general de una persona«, apunta el primer autor Dae Gyu Jang, Ph.D., investigador postdoctoral en el Departamento de Neurología de UM Health. Goutman dice que al evitar actividades de alto riesgo asociadas con la exposición a metales, las personas podrían reducir su exposición general y potencialmente mitigar el riesgo. «Nuestras futuras investigaciones se centrarán más en qué exposiciones tienen las asociaciones más fuertes y sus implicaciones en la enfermedad», concluye.
