Modestia Aparte, Los Toreros Muertos, Amistades Peligrosas y OBK son los grupos que llenan los carteles este verano en sus festejos patronales. Todos ellos actuarán este martes dentro de las fiestas de María Pita y el festival "Locos por la música" de La Coruña. Junto a ellos, Un Pingüino en mi Ascensor y Hechizo, además de un homenaje a Héroes del Silencio. Son nombres más que conocidos para una generación que creció con ellos, aprendió a amar con su música y copió la letra de sus canciones para poner nombre a sus emociones. Y lo curioso es que en sus conciertos tararean los temas de siempre abuelos, padres y nietos.
¿Dónde guarda su fuerza la música de finales de los ochenta y principios de los noventa para que se mantenga tan actual tres décadas después? Fue una época innovadora, con infinidad de géneros nuevos y artistas icónicos. Cada uno con su estilo, marcaron un cambio en las relaciones y en el paisaje sociodemográfico. Además, muchos de los grupos españoles que triunfaron, hoy considerados clásicos, hablaban de un modo simple, pero muy directo y cercano, de las preocupaciones y emociones de aquellos jóvenes que hoy superan los 50. "Cosas de la edad".
Ese viaje al pasado al que nos invitan estos grupos a través de su música de siempre no es solo el anhelo del ayer o un ejercicio de nostalgia que nos lleve a recordar con cierta tristeza melancólica, sino una emoción muy presente. El público sigue vibrando con esas canciones y sigue encontrando en sus letras palabras para explicar sus amores, desamores, alegrías o penas inmerso en una juventud que nunca se va del todo.
Por otra parte, una canción que transporta a buenos recuerdos es recibida en el cerebro con una reacción química muy positiva, puesto que libera dopamina, serotonina y oxitocina, sustancias vinculadas con el bienestar que se reactivan también con una película que despierta nuestra sensibilidad o al hablar con viejos amigos. El impacto de esos golpes de reminiscencia es bien conocido por la industria discográfica y los organizadores de festivales que apelan a esa nostalgia propia y compartida a partir de la música.
Kelly Jakubowski, profesora de psicología de la Universidad de Durham, analizó cómo respondía el cerebro de 470 adultos entre 18 y 82 años a más de cien canciones de pop diferentes que triunfaron entre 1950 y 2015. Les pidió que rellenasen un cuestionario calificando cuánto les gustaba una canción del uno al diez. Además, debían evaluar qué canciones estaban más asociadas con recuerdos autobiográficos.
Curiosamente, muchos de los más jóvenes sintieron una vinculación emocional con canciones que eran de la época de sus padres. Jakubowski y sus colegas concluyeron que los "hits" que figuraban en las listas de éxitos de sus años adolescentes obtuvieron las calificaciones más altas, tanto por familiaridad como por estar asociadas a recuerdos autobiográficos intensos.
El recuerdo de juventud a partir de las mismas canciones a pesar de no tener en común las mismas circunstancias vitales y temporales de la época se denomina "golpe de reminiscencia en cascada" y demuestra el poderoso impacto de la música en los primeros años de vida y su arraigo en el entorno familiar.
