El ritmo frenético del día a día pasa factura: las incontables horas en el trabajo, los problemas con la conciliación personal y familiar, y el escaso tiene para disfrutar con uno mismo y descansar son el pan de cada día. Todo esto, finalmente, pasa factura, y en ocasiones puede derivar en el desarrollo de un trastorno de ansiedad, que debe ser tratado por especialistas. Para controlar este problema, mantener una dieta adecuada y cuidar qué tipos de alimentos se consumen puede evitar problemas mayores, ya que algunos de ellos pueden provocar picos de glucosa, sensaciones de nerviosismo, ...