España se ha coronado como uno de los destinos turísticos más populares del mundo. En 2023 superó por primera vez desde que hay registros estadísticos los 85 millones de visitantes internacionales. Las previsiones apuntan a que el sector seguirá creciendo con fuerza en los próximos años, sin embargo, un informe de la Comisión Europea refleja que la demanda podría caer debido al calor extremo.
Concretamente, el Informe regional del cambio climático en la demanda turística europea recoge que, si el calentamiento global se incrementara en 4 grados, el número de turistas en el sur de España, en la Comunidad Valenciana o en Cataluña podría descender hasta un 9%.
Según las estimaciones de la Comisión Europea, la Región de Murcia y las Islas Baleares verían caídas de llegadas de turistas por encima del 5% en el conjunto del año en un escenario extremo.
Si el sur, Levante, Cataluña y las islas son las grandes afectadas por el cambio climático, Cantabria, Asturias y Galicia serán las regiones a las que acudirán los turistas en busca de temperaturas más suaves. En ellas, las pernoctaciones aumentarían hasta un 7,2%, 4,2% y 3,2%, respectivamente, según el informe.
Los científicos insisten: la España del año 2050 será mucho más cálida y seca. La temperatura media subirá 2 grados en los próximos 20 años. Debido al estrés hídrico que sufrirán muchas regiones, la península ibérica deberá enfrentarse a un reto en el que el agua será un bien escaso, según se desprende del último informe del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) de Naciones Unidas.
Este año ya se ha empezado a notar el impacto del cambio climático en el turismo. Las limitaciones al consumo de agua que anunció Cataluña ante la situación de emergencia por sequía en la que se encontraban cientos de municipios frenó la llegada de turistas a la comunidad autónoma, tal y como contó Carlos Abella, secretario general de la Mesa del Turismo a Confidencial Digital en abril.
Pablo Díaz Luque, profesor del programa de Turismo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), asegura que estos destinos que sufren temperaturas altas ya están buscando medidas para reducir el impacto climático, como más sombras, más vegetación o áreas refrigeradas.
"Aun así, si las temperaturas medias siguen subiendo, esto tendrá incidencia en el número de visitantes", apunta Díaz Luque. "Además, el cambio climático genera otras situaciones negativas, como sequías, que pueden repercutir en el turismo si se dan restricciones", aclara el profesor.
"De momento, no ha habido restricciones de forma generalizada, pero este año se ha estado cerca, y esto ha abierto el debate de dónde hay que destinar el agua, si a la comunidad local o a la visitante. El debate está abierto", concluye.
La disminución del número de visitantes tendrá un impacto significativo en el PIB (Producto Interior Bruto), al ser el turismo un motor esencial para la economía de España. En 2023, el sector turístico alcanzó cifras históricas, aportando el 12,8% del PIB, lo que equivale a 186.596 millones de euros, según los datos que maneja Exceltur.
Por cada grado por encima de la media histórica diaria en el mes de julio y agosto, el gasto en restaurantes descendería un 0,16%, el ocio registraría una pérdida del 0,34% del consumo y los supermercados observarían un retroceso del 0,13%, según los cálculos de David Cesar Heymann, economista de CaixaBank Research.
Así, el gasto de los viajeros crece más en los municipios menos cálidos de España. En concreto, aumenta un 45% en las localidades que registraron temperaturas por debajo de 17 grados. En cambio, en localidades con temperaturas medias por encima de los 23 grados, avanza en torno del 25%-35%.