Las españolas repiten el papel de Tokio 2020 y se quedan con un diploma olímpico tras un partido que se definió en el último cuarto
No pudo ser. Las 'RedSticks' no pudieron emular a sus compañeros y cayeron derrotadas frente a Bélgica (0-2) en cuartos de final, con lo que se despiden del torneo y se tendrán que conformar con un diploma olímpico. Un encuentro que se decidió por detalles y donde las belgas demostraron estar un punto por encima. Y que contó con la presencia del rey Felipe VI.
Pasó la primera media hora con más acercamientos de las belgas que de las nuestras, con una tremenda parada con el pecho de Clara Pérez dentro del minuto final del segundo parcial. Un penalti-córner para cada equipo, ambos marrados, una posesión casi clavada... máxima igualdad, con la única diferencia de que era Bélgica el equipo que se acercaba al área con más peligro.
Aun así, el partido se fue con empate sin goles al descanso y, por tanto, todo por decidir para los dos últimos cuartos. Empezó todo tal como acabó, con las belgas presionando muy arriba y las 'RedSticks' tratando de romper esas líneas como podían. En uno de esos contragolpes, las españolas sacaron un penalti-córner, que tampoco pudieron aprovechar.
Aguantaron bien las nuestras, que generaron incluso algo más de peligro en general, aunque sin llegar a convertirlo. Lo que sí hicieron fue maniatar mejor a Bélgica, pese a que en los dos últimos minutos del cuarto volvieron a apretar la presión.
Una tarjeta verde dejó a España con una menos nada más empezar el último cuarto, y las belgas no fallaron. Delphine Marien remató a la perfección un pase desde la derecha ante el que no pudo hacer nada Clara Pérez. Empezaron a precipitarse las españolas, y a las rivales sólo les quedaba aprovechar los fallos. De ahí salió un penalti-córner que Englebert también materializó.
Lo intentaron las 'RedSticks' en los últimos minutos, ya con más corazón que cabeza, pero la ventaja era demasiada y Bélgica se replegó bien, repeliendo cualquier intento de ataque. Se despiden así las españolas del torneo con un diploma olímpico, igualando el papel de Tokio.
