Que la convivencia no es fácil no es un secreto para nadie. Sin embargo, en verano, ya sea por el teletrabajo o por las vacaciones, las complicaciones pueden aumentar y esos pequeños roces del día a día, acentuarse. Cuando dicen eso de que no conoces realmente a una persona hasta que no te vas de viaje con ella, es tan real como la vida misma. Y es que durante los meses estivales —para bien y para mal—, pasamos mucho más tiempo con nuestros seres queridos. Ya sea en nuestra propia casa, en un Airbnb, un hotel o en un camping, el espacio personal se ve reducido y las discusiones pueden aumentar. ¿Qué podemos hacer en estas situaciones?
"La convivencia diaria, ya sea en pareja, con amigos o familiares, es dura, porque exige esfuerzos repetidos para aceptar al otro y, a la vez, ayudarle a cambiar en lo que sea necesario. Convivir es, ante todo, compartir. Tomar parte en la vida ajena y hacer partícipe al otro en la propia", explica el psiquiatra Enrique Rojas en su perfil de Instagram.
El experto explica los cinco puntos básicos a tener en cuenta para una convivencia pacífica y satisfactoria.
1. El conocimiento adecuado de uno mismo: conocer las propias cualidades y defectos implica un proceso de autoconocimiento que nos ayuda a profundizar, controlarnos y hacernos entender a los demás.
2. El esfuerzo diario para fortalecer la relación: hay que difuminar la parte negativa. Es una tarea continua, suave y sosegada, pero —sobre todo— firme y consciente. Sin prisa, pero sin pausa.
3. El respeto y la estimación recíproca: siempre pensamos que nuestros problemas son los más importantes, pero también hay que dar la importancia que merece el problema de la otra parte, te parezca significativo o no. Nunca debemos minusvalorar los sentimientos de nuestro ser querido.
4. La comprensión mutua: entender y comprender al otro es fundamental. Ponerse en el lugar del otro, entender sus necesidades y abrazar sus problemas. Es la mejor manera de conseguir un respeto mutuo y una conexión saludable.
5. La sistematización: aunque entendamos las manías del otro, es importante establecer un orden, un sistema, marcando una serie de secuencias sucesivas. Si todo va demasiado deprisa, tendemos al caos.