El deporte rey por excelencia en los Juegos Olímpicos no es otro que el atletismo. Ni siquiera la natación es capaz de eclipsar algo mínimo el escaparate que supone la lucha entre los atletas por convertirse en el deportista más veloz del planeta, así como en el mejor lanzador de jabalina, el que mejor ejecuta el salto de longitud o el que más alto llega con la pértiga. Es más, edición tras edición, el atletismo se renueva con tiempos más cortos, distancias más largas y mucha más competitividad entre participantes, lo que hace indicar que esa batalla, ajustada y con suspense, supo ...