Los chefs españoles y los restaurantes gourmet han experimentado con este ingrediente para crear helados únicos y sofisticados.
En medio de una calurosa tarde de verano, cuando no apetece otra cosa que estar tumbado, un helado cae como anillo al dedo para refrescar y endulzar el cuerpo. Sin embargo, estamos dejando atrás los convencionales sabores: chocolate o vainilla, y cada día chefs y expertos en culinaria se embarcan a descubrir la mejor combinación de sabores y sensaciones y así crear el mejor helado de todos.
Entre estas nuevas tendencias para hacer helado ha llegado una que, sin duda, llama la atención de los españoles que tanto aprecian el aceite de oliva. Si bien no es una opción tan atractiva a simple vista o con tan solo oír al respecto, el helado de aceite de oliva promete enamorarnos de un primer bocado.
El helado de aceite de oliva es mucho más que aceite de oliva congelado pues se logra al combinarlo con la textura cremosa del helado, exacto, ¡a lo Kendall Jenner! Para preparar helado de aceite de oliva, necesitarás 2 tazas de leche entera, 1 taza de nata (crema para batir), 5 yemas de huevo, 3/4 taza de azúcar, 1/2 taza de aceite de oliva virgen extra y 1 cucharadita de extracto de vainilla, aunque este último ingrediente es opcional.
Para su preparación comienza calentando las 2 tazas de leche entera y la nata (crema para batir) en una cacerola mediana a fuego medio hasta que empiecen a burbujear, pero sin llegar a hervir. Mientras tanto, bate las yemas de huevo con azúcar en un bol grande hasta que la mezcla se vuelva pálida y espesa. Luego, vierte lentamente la mezcla de leche caliente sobre las yemas, batiendo constantemente para evitar que las yemas se cocinen.
Devuelve la mezcla a la cacerola y cocina a fuego medio, removiendo constantemente, hasta que espese y cubra el dorso de una cuchara. Retira del fuego y añade 1/2 taza de aceite de oliva virgen extra y un poco extracto de vainilla, mezclando bien. Deja enfriar la mezcla a temperatura ambiente, luego refrigérala durante al menos 4 horas o hasta que esté bien fría.
Finalmente, vierte la mezcla en un recipiente apto para congelador y colócalo allí. Cada 30 minutos, saca el recipiente y remueve la mezcla con un tenedor o batidor para romper los cristales de hielo. Repite este proceso durante unas 3-4 horas, o hasta que el helado tenga una consistencia cremosa.
El aceite de oliva es un componente esencial de la dieta mediterránea, y no es por poco, ya que es conocido por sus múltiples beneficios para la salud. Rico en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes, ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares al mejorar el perfil lipídico, disminuir el colesterol LDL (malo) y aumentar el colesterol HDL (bueno). Además, su consumo regular está asociado con una menor incidencia de hipertensión y accidentes cerebrovasculares, contribuyendo así a una mejor salud cardíaca.
Otro beneficio del aceite de oliva es su capacidad antiinflamatoria y antioxidante. Contiene compuestos fenólicos que combaten la inflamación y el estrés oxidativo, factores que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes.
Además, el aceite de oliva promueve una mejor digestión y absorción de nutrientes, mejora la salud de la piel y el cabello, y puede tener efectos protectores contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Su inclusión en la dieta diaria no solo enriquece los sabores de los alimentos, sino que también ofrece una amplia gama de beneficios para la salud general.
