La lentitud de reflejos e inacción del Ministerio del Interior y del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación ha vuelto a provocar la saturación de las salas de asilo del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por la negativa a imponer un visado de tránsito aeroportuario a los ciudadanos mauritanos, que utilizan la figura del asilo para quedarse en nuestro país como ya ocurriera en el otoño e invierno del año pasado con los nacionales de Kenia y Senegal.
La Confederación Española de Policía (CEP) exige que "se desbloquee esta situación con urgencia, en cuestión de días, con la activación del visado de tránsito aeroportuario -que permite hace escala en España pero no acceder a nuestro país, además de imponer una serie de requisitos antes de realizar el viaje, para evitar fraudes o el tráfico de seres humanos- para viajeros que vuelen desde Mauritania".
Subrayan que "la medida, que la Comisaría General de Extranjería y Fronteras ha reclamado sin éxito desde hace meses, no ha salido adelante por la pasividad de ambos Ministerios, pese a que las cifras de peticionarios de asilo procedentes de ese país africano no hacen más que aumentar. De hecho, constituyen ya casi el 15% del total de las registradas este año en el aeropuerto madrileño, siendo el segundo país, tras Senegal, con mayor número de solicitudes de protección internacional".
"El anómalo incremento de las peticiones de asilo de jóvenes mauritanos -la mayoría no supera los 30 años, habiendo entre ellos menores de edad- comenzó a tener una entidad preocupante en junio, con un repunte de más del 350% respecto al mes anterior. Desde entonces se ha ido produciendo un aumento de la saturación de las salas de asilo del aeropuerto, teniendo que abrirse una tercera para acoger ese incremento de llegadas procedentes de Mauritania".
Los jóvenes que llegan desde ese país lo hacen en un supuesto viaje que tiene en el aeropuerto marroquí de Casablanca una estación previa al de Barajas y que, en teoría, les llevaría hasta un país de Sudamérica, como Nicaragua o El Salvador. Sin embargo, cuando hacen escala en Madrid rompen su pasaporte -sobre todo, si intentan alegar falsamente que son menores de edad- y piden asilo.
En este contexto son, "una vez más, los policías destinados en el Puesto Fronterizo del aeropuerto los que están teniendo que realizar custodias de un número muy elevado de solicitantes de asilo, con el riesgo que eso supone para la seguridad de los compañeros ante la posibilidad de que se produzca un motín por parte de aquellos ciudadanos custodiados a los que se les deniega esa petición de protección internacional. El insuficiente número de efectivos destinados en esa unidad provoca que se tengan que estar detrayendo agentes para ejercer esa vigilancia, cuando tienen como misión prioritaria la protección de la seguridad ciudadana".