En total, se han reportado casi 300.000 casos de diarreas en Costa Rica en lo que va del año, se está en ‘zona de alerta’ epidémica.
La epidemia de diarreas en Costa Rica no cede. En cuestión de un mes, entre el 21 de junio y el 20 de julio (que coincidió con el final de la semana 29 del año), los casos de enfermedad diarreica aguda (EDA) sumaron 58.816 más. En estas primeras 29 semanas, se acumularon 299.329 casos, un número que en el 2023 se presentó en noviembre.
Hasta el 20 de julio se habían registrado 5.638 casos por cada 100.000 habitantes, un mes antes era de 4.530. Además, esta tasa es solo una porción de la realidad, pues hay un subregistro. Las cifras solo reflejan los pacientes que buscaron ayuda en un centro de salud, tanto público como privado, pero no incluye a quienes compraron un remedio en la farmacia ni a quienes transcurrieron su enfermedad en casa o recibieron atención telefónica con su médico.
Desde abril pasado, la incidencia en Costa Rica supera la llamada “zona de alerta”. Esta se establece cuando hay un aumento de casos sospechosos y confirmados en relación con los esperados en ese periodo.
“El sistema de salud reporta una alta frecuencia de casos de diarreas, ya sean virales o bacterianas, superiores al comportamiento usual. (...) es importante retomar las actividades de vigilancia e investigación ante las alertas”, señala el Boletín Epidemiológico emitido el pasado 1. ° de agosto.
Hay 19 cantones que muestran una incidencia superior a 7.000 casos por 100.000 habitantes. Se trata de San José, Coronado, Goicoechea, y Alajuelita en la provincia de San José; Alajuela, Orotina y Atenas en la provincia de Alajuela; Heredia, San Rafael, Barva y Flores en Heredia; Cañas, en Guanacaste; Montes de Oro, Garabito, Parrita y Esparza, en Puntarenas; y Siquirres y Matina, en Limón.
Sin embargo, también hay buenas noticias, pues el ritmo de crecimiento de los casos es menor al visto en semanas anteriores.
Las diarreas se caracterizan por necesidades urgentes y constantes de ir al baño, con deposiciones de consistencia suave, a veces acuosa. Esto puede acompañarse de dolor en el abdomen, calambres, náuseas y vómitos.
Cuatro de cada cinco casos de EDA son causados por virus. Estos patógenos producen deposiciones claras. En su mayoría no presentan fiebre, pero sí mucho malestar general y debilidad. En estas situaciones no hay presencia de sangre en las heces.
Si hay fiebre, sangre en heces o deterioro cognitivo, los médicos sospechan de que una bacteria sea la causante. Estos casos debe ser atendidos por un profesional y tratados con antibiótico.
Otro tipo de diarreas surgen cuando se come algo en mal estado y sobreviene una intoxicación. Por ello, siempre es necesario lavarse las manos, así como los alimentos y los utensilios para cocinar.
La hidratación es primordial para tratar cualquier clase de diarrea. El agua es un líquido ideal; no obstante, si ya se tienen varios días con síntomas, el cuerpo también habrá perdido electrolitos, por lo que sería necesario tomar sueros.
No se aconseja el consumo de bebidas deportivas, ya que estas tienen otro propósito.
