Las principales bolsas europeas abrieron la sesión en rojo, en la estela de los mercados asiáticos, ante el temor de los inversores a que la economía estadounidense se haya deteriorado más de lo previsto y entre en recesión.
El nerviosismo se desató la semana pasada después de los datos negativos de empleo y actividad industrial publicados el jueves y el viernes en EE UU, una situación que agravaron los resultados decepcionantes de algunas grandes compañías tecnológicas.
Tras los descensos registrados el viernes en Wall Street, la ola de ventas se extendió este lunes a Asia y a Europa. En Europa, minutos después de la apertura, Milán bajaba un 3,8%; Fráncfort, un 3%; Madrid, un 2,87% (a las 10:30, un 2,4%); París, un 2,7%, y Londres, un 2,4%.
En Asia, Tokio bajó un 12,4%, la segunda mayor caída de su historia, desde el "lunes negro" de octubre de 1987, porque al pesimismo general se unió la preocupación por el impacto que puede tener en las exportaciones la fortaleza del yen, que se ha apreciado tras la última subida de tipos decidida por el Banco de Japón. En la misma línea, Seúl se dejó un 8,77% y Taiwán, un 8,35%. Las bolsas de Hong Kong y Shanghái también cotizaron en negativo, aunque con pérdidas más moderadas.
El viernes, en Wall Street, el Dow Jones perdió el 1,51%; el S&P 500, el 1,84%, y el tecnológico Nasdaq, el 2,43%. Los inversores temen que la Reserva Federal de EE UU haya tardado demasiado en actuar y que su demora -el primer recorte de tipos se espera para septiembre- lleve a la economía estadounidense a la recesión.
Los mercados estarán pendientes este lunes del índice ISM de actividad del sector servicios en EE UU, un indicador que cobra especial protagonismo en la situación actual. En este contexto, los inversores apuestan por la renta fija, lo que se está traduciendo en un descenso de la rentabilidad. El rendimiento del bono alemán, considerado el más seguro, bajó hasta el 2,14%. Ppr su parte, el euro se apreció respecto al dólar estadounidense y se cambiaba 1,094 unidades.
Los precios del petróleo siguieron a la baja ante el temor de los inversores a un debilitamiento de la demanda. El Brent, el crudo de referencia en Europa, cayó casi el 1% y rondó los 76 dólares por barril.
El precio del oro, uno de los activos refugio en tiempos de incertidumbre, retrocedía un 0,3% y se situaba en torno a los 2.434 dólares por onza. Las criptomonedas se desplomaban: el bitcóin, la más utilizada, bajaba un 11%, y el ether, la segunda del mercado, se depreciaba un 15%.