El inicio de una operación militar israelí contra Hizbulá en suelo libanés parece cada vez más próxima. La eliminación la semana pasada del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán, tras el asesinato del segundo de la organización chiíta libanesa, Fuad Shukr, en su escondite en el sur de Beirut, hace inevitable una respuesta coordinada de Irán y sus fuerzas proxy diseminadas por la región contra Israel, que se encuentra en «alerta máxima».
Como viene siendo habitual desde el pasado mes de octubre, la milicia proiraní dirigida por Hassan Nasrallah, que aseguró la semana pasada que «el enemigo sionista (…) ha cruzado la línea roja», volvió a lanzar anoche decenas de proyectiles contra el norte de Israel, que fueron neutralizados por el sistema defensivo de Tel Aviv o cayeron en espacio abierto. La fuerza aérea israelí respondió con la destrucción de un lanzacohetes en el sur del Líbano desde el que los proyectiles fueron disparados.
Pero la respuesta israelí puede ir mucho más allá de los bombardeos contra mandos o centros logísticos de Hizbulá y convertirse en una operación a gran escala que combine le vía aérea y la terrestre como vienen avisando miembros del Ejército y el gobierno israelí desde hace semanas. No en vano, el jefe del comando del frente interior de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el mayor general Rafi Milo, aseveró ayer que seguirán luchando para «cambiar radicalmente la situación de seguridad en el norte».
La activación del frente interior implica una evaluación mayor del riesgo para Israel. «Estamos decididos a seguir luchando hasta que cambiemos radicalmente la situación de seguridad en el norte y podamos hacer que los residentes regresen a casa, con una sensación de seguridad», aseguró el comandante israelí. «En los últimos días, las FDI y el comando del frente interior han reforzado significativamente su preparación en estrecha cooperación, tanto con las autoridades locales como con todas las unidades militares», explicó Milo.
«Como parte de la reunión, hubo un debate en profundidad sobre la evaluación de la situación actual, los riesgos y los preparativos continuos», resumió el citado mando militar israelí. La reunión se centró en cómo fortalecer la preparación para varios escenarios operativos, con énfasis en la comunicación con el sector civil y la preparación de la población para hacer frente a situaciones de emergencia.
Además, fuentes del Ejército israelí informaban ayer de que una brigada de infantería israelí completó la semana pasada un ejercicio militar para simular «escenarios de combate en territorio enemigo» en el norte del país. Se trata de la primera brigada regular de infantería (no de la reserva) que completa un ensayo militar en la zona. La unidad en particular, conocida como Kfir, tiene experiencia combatiendo en Gaza, Cisjordania y en la frontera norte. En las maniobras, las tropas ensayaron escenarios de combate, evacuaciones de heridos, el uso de camuflaje y el movimiento a través de terreno montañoso y espeso.
Más de 60.000 israelíes de las comunidades del norte están evacuados desde octubre. cuando Hizbulá comenzó a lanzar cohetes. Los bombardeos israelíes se han cobrado la vida de más de 540 libaneses, de los cuales se estima que al menos 350 son combatientes de Hizbulá. Los ataques de la milicia apéndice de Teherán en el Líbano contra suelo israelí han costado la vida a 47 israelíes, 25 de ellos civiles.
Por otra parte, al cierre de esta edición medios israelíes anunciaban la inminente reunión del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con altos mandos de seguridad a fin de preparar la respuesta a una eventual agresión iraní. Estados Unidos, que coordina con Israel la operación, ya ha dado órdenes para trasladar a la zona el portaaviones USS Lincoln, que acompañará al USS Roosevelt, que se encuentra en el golfo de Omán. Los buques de guerra estadounidense se unen a sistemas aéreos, aviones de combate y otros barcos ya movilizados para apoyar a su principal socio en la región.
En medio de un ambiente prebélico que puede sentirse en todo Israel (varias cancillerías han pedido a sus nacionales evitar el país), ayer en la localidad de Jolón -situada al sur del área metropolitana de Tel Aviv- dos ciudadanos israelíes fueron apuñalados mortalmente y dos más resultaron heridos. El atacante fue abatido por la Policía.
La posibilidad de una operación militar en el flanco norte no implica para Israel, por el momento, una rebaja de la intensidad del operativo contra Hamás en Gaza. Ayer las FDI confirmaban dos ataques contra dos puestos de mando de la organización islamista situados en sendas escuelas del barrio de Al Nasr de la ciudad de Gaza. Al menos 25 civiles murieron y varios resultaron heridos como resultado de los ataques, según datos de las autoridades palestinas.
«Los dos complejos fueron utilizados como escondite para los terroristas de Hamás, y dentro de estos dos complejos, planificaban la comisión de operaciones terroristas contra el Estado de Israel», trasladó ayer el portavoz en árabe del Ejército israelí, el coronel Avichay Adraee.
Mientras tanto, la tensión es máxima en el Líbano. Casi dos decenas de países han pedido a sus nacionales que abandonen de inmediato el país ante el temor de una guerra abierta en su territorio. Al Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Canadá, Argentina, Italia, Jordania o Rusia se unió en la tarde de ayer España.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores pedía abandonar el país levantino a los ciudadanos españoles en el «contexto general de inestabilidad».
«En la situación actual se recomienda no viajar al Líbano. Ante las anulaciones de los vuelos se recomienda a los españoles que se encuentren en el Líbano, especialmente si su estancia es temporal, que salgan del país utilizando los medios comerciales existentes», según la actualización publicada ayer por el Ministerio dirigido por José Manuel Albares.
«Se recomienda asimismo a los españoles con vuelos programados para los próximos días que consulten con su compañía aérea ante la posibilidad de modificaciones en los horarios o cancelaciones de vuelos», abundaba la nota. A las citadas llamadas de las cancillerías extranjeras se unen las cancelaciones de vuelos llevadas a cabo e n las últimas jornadas por varias aerolíneas internacionales con vuelos con origen y destino al aeropuerto internacional de Beirut.
