A punto de cumplir 102 años el 20 de diciembre próximo, la organización juvenil más longeva de Cuba retoma y renueva sus esencias, desde la aspiración de continuar siendo esa organización representativa de las necesidades de sus miembros y el compromiso irrenunciable de ser siempre un pilar en la defensa de la Revolución.
La Federación Estudiantil Universitaria (FEU) seguirá al lado de las luchas de la Revolución y a la vanguardia para asumir en el momento que sea necesario cada una de las tareas que demanden de nuestros esfuerzos y participación concretos, ratificó a este diario Ricardo Rodríguez González, presidente de la organización en el país.
Y el líder estudiantil hablaba, sin duda, en nombre de la autonomía que es una de las conquistas de la Federación, avalada por el prestigio ganado a lo largo de su historia y la fuerza y potencialidades del movimiento estudiantil universitario.
Las diversas y complejas realidades presentes hoy en la sociedad impactan en la formación del hombre nuevo, de los profesionales que deben acompañar la evolución de la sociedad. Por eso en el Consejo recién finalizado, tras maduros y aterrizados debates, la organización estudiantil aprobó modificaciones a sus documentos rectores que atemperan su funcionamiento a las dinámicas de la vida universitaria actual.
Entre los cambios, se abren las posibilidades de ingreso a la organización a las crecidas matrículas de los cursos por encuentro, que acogen actualmente a estudiantes con edades similares a las de quienes estudian en el curso regular diurno, y se crean nuevas secretarías para la atención a la preparación de los líderes que precisan los tiempos y la proyección social de la Federación.
Para el presidente de la FEU de la Universidad de La Habana, José Alberto Almeida Cabrales, la Federación tiene que seguir siendo esa organización revolucionaria, capaz de asumir el desafío de parecerse a los universitarios de hoy, cada vez más diversos, representarlos y movilizarlos en tiempos de menos consenso y realidades sociales lacerantes.
Toca a la Federación impulsar y sostener políticas a nivel de universidades y del país para atender las problemáticas del estudiantado, en las que se garantice que la universidad continúe siendo ese espacio inclusivo, alejado de elitismos y discriminaciones de todo tipo, y en el que la unidad se imponga en medio de la heterogeneidad, advierte el estudiante de segundo año de Licenciatura en Química.
El brillo en los ojos de los pequeños del santiaguero hogar de niños sin amparo familiar del centro de la Ciudad Heroica, bien vale todos los esfuerzos. Entre juegos, canciones y alegría recibieron la visita del proyecto Sonrisas, uno de los tantos que encamina la FEU oriental en barrios y comunidades de la urbe, con los que llegan a los sitios que más lo necesitan lo mismo un donativo de juguetes y confituras, que estrategias emanadas de estudios científicos para resolver problemas acumulados.
Ejemplos como este se replican en el país, impulsados desde sus 40 universidades, en las que un movimiento estudiantil heredero de la vocación trasformadora que le impregnó Julio Antonio Mella a la FEU desde su fundación, tiene en el trabajo social y comunitario una de sus prioridades y fortalezas.
A los universitarios puede vérseles lo mismo pesquisando que aportando desde el surco a la producción de alimentos; ante un aula de preuniversitario para atenuar el déficit de docentes, en la tarea Educando por amor, que alfabetizando a abuelos para que asuman las bondades de la bancarización; ofreciendo charlas de educación sanitaria en barrios, apoyando el Programa Materno Infantil, que integrando mesas y comisiones electorales o más recientemente abriendo nuevos horizontes a los desvinculados del estudio y el trabajo.
De esas altas y diversas misiones, que hoy se articulan en las llamadas Guerrillas 13 de Marzo, comenta el estudiante de 4to. año del Periodismo en la Universidad Central de Las Villas, y su presidente de la FEU, Lisvany Martín, cuando explica cómo en este tórrido verano los universitarios villaclareños se han activado en todos los municipios, desde la disposición y el compromiso. También habló del reto de atender preocupaciones e inquietudes, de acercarse a los que hoy viven en una Residencia, como imprescindibles para conseguir coherentemente que los muchachos se sientan parte.
Por esa capacidad de fuerza dinamizadora, convencida de la necesidad de preservar las conquistas de la Revolución y de impulsar la economía en pos de la prosperidad futura que nos debemos, la FEU es para la dirección del país esa vanguardia movilizadora y dispuesta a actuar, con la que puede contar.
En el empeño de conseguir la movilización real por el bien de Cuba, de sus más 97 000 miembros, avanza y persevera una Federación, que, como aseguran sus líderes de hoy, busca en su historia, en sus mártires, más allá de un libro o un pase de lista, los paradigmas de estos tiempos difíciles.
La noticia trascendió en jornadas recientes con los ribetes de las urgencias de la Cuba de hoy. La Federación Estudiantil Universitaria (FEU) acaba de suscribir un convenio con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) para la atención diferenciada y especializada a los estudiantes universitarios en situación de vulnerabilidad.
El documento, precisaba a JR la titular del MTSS, Marta Elena Feitó Cabrera, concreta la voluntad estatal de proteger a aquellos jóvenes hoy presentes en las aulas universitarias, a los que un contexto familiar o socioeconómico difícil, como asumir el cuidado de padres enfermos, ser el sostén de su hogar, o tener que trabajar para solventar sus estudios, entre otras realidades, los pone en desventaja para concluir sus carreras o los obliga a abandonarlas.
La medida reconoce el empleo como principal y primera forma de atención a quienes hoy lo necesitan en las universidades, pero, insistió Feitó Cabrera, promueve el acceso al empleo de calidad, generado desde instituciones estatales, principalmente en sectores vinculados con las especialidades que cursen, que tribute a su formación y en los que se respeten y garanticen sus derechos laborales.
Tras un diagnóstico que, con toda sensibilidad y sin estigmatizar a nadie, se realizará en las brigadas de la FEU, allí donde los estudiantes conviven y más se conocen, se propondrá a quienes, luego de la evaluación por especialistas del Ministerio, recibirán de la manera más expedita posible los beneficios de la medida, que incluyen igualmente, y en dependencia de cada caso, prestaciones monetarias y la compra de
artículos, entre otras ayudas de la asistencia social.
«Nos duele la situación de muchos de nuestros compañeros y es responsabilidad de la organización ayudarlos a superarla», recalcaba el presidente de la FEU en el país, Ricardo Rodríguez González, en las sesiones del Consejo Nacional de la organización, concluido este 2 de agosto en Santiago de Cuba, y en el que la medida se valoró como un paso trascendental que viene a diversificar las maneras en que hoy se atiende el fenómeno de las vulnerabilidades en las universidades cubanas.